Ficha Corrida

02/01/2014

Canetazo

Filed under: Futebol,Messi,Neymar — Gilmar Crestani @ 10:26 am
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2014, el año de un posible Maracanazo

En poco más de seis meses arranca la Copa del Mundo y una definición entre la Argentina de Messi y el Brasil de Neymar es una chance tan probable como deseada en ambos países, aunque Alemania y España tienen lo suyo para argumentar.

Por Sebastián Fest

Ya está aquí: tras 28 años de espera, el 2014 en el que el Mundial de fútbol regresa a Sudamérica es realidad, y con su inicio se potencia el debate acerca de un nuevo Maracanazo encarnado en el triunfo de una Argentina liderada por Leo Messi ante el Brasil de Neymar. “Si yo pudiera elegir un partido final en el Mundial sería Brasil y Argentina en el Maracaná. Creo que es el partido más deseado por todos”, aseguró el ex futbolista Denilson durante una entrevista con la agencia dpa en San Pablo.

Campeón mundial en Francia ’98, Denilson se retiró recientemente del fútbol, pero retrocedería gustoso 15 años para ser parte de la “seleçao” que aspira a jugar el 13 de julio la final en el Maracaná en busca del “hexacampeonato”. La herida del Maracanazo –el increíble triunfo de Uruguay sobre los anfitriones en la definición del Mundial de 1950– sigue abierta en Brasil y la mejor manera de cerrarla sería ganando el “hexa”. Si es ante Argentina en la final, mucho mejor.

“Yo creo que sería para el mundo la final más apropiada, porque Argentina está muy cerca de Brasil y hay esa rivalidad entre los clubes brasileños y argentinos”, argumentó Denilson. “Si se pierde, va a doler mucho, pero si se gana… Ja, es fiesta, serán cuatro años más de fiesta.”

La rivalidad entre brasileños y argentinos es una de las más fuertes del fútbol mundial, pero la Copa del Mundo que comienza en seis meses es más que eso. Los ocho países que conquistaron el título desde la primera edición en 1930 estarán en Brasil, que entre el 12 de junio y el 13 de julio ofrecerá el primer mundial de la historia que se jugará simultáneamente en verano e invierno.

Brasil 2014: una pesadilla logística con 12 sedes, estadios que no estarán listos en el plazo previsto y aeropuertos como los de Río de Janeiro y San Pablo que, de tan caducos, instalan al viajero en un indeseado túnel del tiempo. “Esto fue mucho más por factores políticos que por sentido común”, aseguró a dpa José Ferreira Neto, un ex futbolista del Corinthians que ejerce ahora de comentarista televisivo. “Con seis sedes, la Copa del Mundo en un país grande como es el nuestro sería mucho mejor: se habría gastado mucho menos dinero y el resto del dinero podría destinarse a metro, hoteles, muchas otras cosas importantes”.

“Para mí, el que ganará el Mundial es Alemania”, añadió Neto, ya metido de lleno en el debate futbolero. “Tiene la mejor selección, porque desde 2006 viene armando una selección fuerte con jugadores jóvenes.” Los méritos de Alemania, la calidad de una España que defenderá el título y la potencia histórica de otras selecciones como Italia u Holanda no alcanzan, sin embargo, para arrinconar el debate en torno de esa tan morbosa final de brasileños y argentinos en el Maracaná. Argentina sueña con su tercer título mundial y tiene en Messi, el mejor jugador del mundo, a su gran carta ganadora.

Marcos de Azambuja, ex embajador brasileño en Argentina y ex vicecanciller del país, cumplirá 89 años dentro de un mes, pero tiene perfecta memoria de aquel 2-1 uruguayo del 16 de julio de 1950 en el templo del fútbol brasileño. Acompañado por su padre y su abuelo, un Azambuja de 15 años estaba allí. La experiencia lo marcó de por vida.

“El público entró con gran alegría y salió quizá con el silencio más profundo que yo he conocido. Nunca he vivido en ninguna iglesia, cementerio, hospital el silencio de aquellos minutos”, explicó el diplomático. “Era un silencio absoluto, porque los uruguayos no podían celebrar. Me imagino que ni siquiera un héroe uruguayo ante 200.000 enloquecidos brasileños sería capaz de decir nada. La derrota fue en el segundo tiempo, 30 minutos en los que el mundo se deshizo”.

Azambuja grafica con precisión de orfebre las diferencias entre su país y el vecino por el que tanto afecto siente: “Brasil es un país irresponsablemente alegre y Argentina muchas veces es responsablemente triste”. Una nueva frustración en el Maracaná, cree el embajador, “sería más aceptable desde el punto de vista intelectual”.

“Si llega el Maracanazo II, será después de cinco victorias nuestras. En 1950, nada nos consolaba, la idea que había entonces era la de que nunca más habría condiciones tan favorables.”

Aunque todo tiene un límite, y perder la final en el Maracaná ante Argentina está mucho más allá de cualquiera imaginable, asegura Azambuja con una sonrisa tan cómplice como seriedad en el fondo. “Eso sería una desgracia sin límites. Yo trabajé toda mi vida por la amistad entre los dos países, pero esto excluye el fútbol. En el fútbol no hay mayor placer para mí que una derrota argentina. Yo quiero que Argentina pierda, si es posible en una forma humillante”.

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21/04/2013

Messimania

Filed under: Messi — Gilmar Crestani @ 8:26 am
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PERFIL LIONEL MESSI

Infância é destino

Messi, um manual de instruções

JUAN VILLORO, tradução PAULO WERNECK

RESUMO

Nascido no ambiente futebolístico de Rosario, o mais propício à proverbial fabulação argentina, Lionel Messi enfrentou uma sucessão de portas fechadas até se consagrar como um mito do futebol aos 25 anos. Artilheiro do Barça da era Guardiola, ainda lhe falta fazer pela seleção argentina o que fizeram Maradona e Pelé por seus escretes.

Pouco antes de disputar sua primeira final nas categorias infantis, Lionel Messi viu-se trancado num banheiro. O menino que nenhum zagueiro conseguia deter enfrentava um trinco emperrado. Faltava pouco para que a partida começasse e Leo espancava a porta sem que ninguém o ouvisse. O troféu daquele campeonato era o maior do mundo: uma bicicleta.

Uns teriam cedido às lágrimas e à resignação, outros teriam agradecido por não ter que demonstrar nada em campo. Leo quebrou o vidro da janela e pulou para fora. Chegou ao campo com a segurança de que nada o detém. Anotou três gols na final. O gênio teve a sua bicicleta.

O destino de Messi aconteceu pelo menos duas vezes. Filho de Célia e Jorge, nasceu em Rosario, província argentina de Santa Fé, no dia de são João de 1987, mas antes já tinha sido prefigurado nas tertúlias do café El Cairo, mais precisamente na "mesa dos galãs", presidida pelo maravilhoso desenhista e escritor Roberto Fontanarrosa.

A Argentina é uma fábrica de talentos futebolísticos que são previamente imaginados pelos torcedores mais verbalizados e fabuladores do planeta.

Depois de saber, por Macedonio Fernández, que viver é distrair-se da morte, Fontanarrosa escreveu o conto "O céu dos argentinos", no qual uns amigos fazem um churrasco e falam de futebol. Logo percebem que estão mortos. Isso os deixa muito felizes: se já morreram e estão comendo carne enquanto assistem a uma partida, então eles tinham ido parar no paraíso.

Rosário é a cidade de César Luís Menotti e Marcelo Bielsa, contundentes retóricos do banco de reservas. Não há, em nenhum outro lugar, duas torcidas que se enfrentem com um rancor tão leal. Não por acaso, aceitam com orgulho apelidos injuriosos: os "Canallas" do Rosario Central encaram os "Leprosos" dos Newell’s Old Boys. Certa vez, comentei com um taxista de Buenos Aires que ia assistir a um Boca-River. "Isso não é nada", contestou, presunçoso: "nós nos odiamos mais". Obviamente, ele era de Rosario.

Se o espírito de Pamplona se expressa nas festas de San Fermín e o do Rio no Carnaval, o de Rosario se reconhece por um rito único: "A pomba de Poy". Em 19 de dezembro de 1971, Aldo Pedro Poy, atacante do Rosario Central, lançou-se no ar para cabecear e vencer o goleiro do Newell’s Old Boys. Aquele momento de glória se repete a cada 19 de dezembro: "Meu problema não é me espichar, mas me levantar", diz, com humor, o veterano Poy.

Na cidade de Che Guevara, de Fito Paez e de outros inconformados, Lionel Messi começou a deslumbrar com a bola aos cinco anos. Sua habilidade era única, mas cumpria um sonho coletivo.

Leo debutou no time do bairro, o Grandoli. Seu primeiro técnico foi Salvador Aparicio. Aos 60 anos, Aparicio já tinha visto todos os tipos de "pibes", garotos, chutar em sua várzea. Não esperava muito daquele garoto diminuto. Quando viu o que ele estava fazendo, só lhe ocorreu um conselho técnico: "toca a bola". Messi atravessava o campo inteiro sem largá-la.

Mais que um goleador, "La Pulga" era um "enganche" (um meia-atacante camisa 10 nato), quer dizer, um vendaval que limpava o campo de adversários para que outro se encarregasse da tarefa, historicamente vulgar na Argentina, de fazer o gol. Os vídeos da época o registram como uma versão bonsai do Messi atual: o mesmo dom para o drible e a mudança de ritmo, a mesma alegria celebratória. "Infância é destino", escreveu o psicanalista mexicano Santiago Ramírez.

Aos oito anos, seus colegas da escola o puseram bem no meio da foto oficial da classe. Seu carisma se devia à sua ginga com a bola, mas também à picardia do olhar. Nem sempre fazia travessuras, mas tinha a graça de quem as imaginava.

Quando jogava baralho, era preciso ficar atento às suas manobras: a qualquer momento, roubava. Se perdia, esparramava as cartas e se negava a continuar jogando.

PROVAÇÕES

Sua mãe o descreve como um "consentido". Nada parece desmentir a hipótese de que as pessoas o amavam. Mesmo assim, o destino lhe reservava algumas provações.

Na vida de Messi tudo sempre foi questão de escala. Tinha oito anos quando seus pais se preocuparam com sua baixa estatura. Levaram-no ao médico e souberam que lhe faltava um hormônio que permite o crescimento. Havia remédio, mas custava US$ 1.500 mensais, valor que a família não tinha condições de pagar. Receberam apoio de duas empresas de Rosario. Uma vez por dia, Leo se injetava na perna com uma presença de ânimo insólita em alguém de oito anos. Desde então, sua destreza só seria superada por sua vontade.

Ao fim de dois anos o dinheiro para as injeções não pôde continuar fluindo. O Newell’s Old Boys se negou a bancar o gasto e Messi foi a Buenos Aires para um teste no River Plate. Era o menor dos aspirantes e foi o último a entrar em campo. Só faltavam dois minutos de jogo, mas Leo se fez notar.

"Quem é o pai?", perguntou o responsável pelo teste. Jorge Messi saiu de trás de um alambrado. "Ele fica", disse o técnico. A contratação não chegou a acontecer. O time da faixa vermelha não quis negociar a transferência com o Newell’s nem aceitou pagar o tratamento médico para um craque indiscutível, mas de futuro incerto.

Messi preferia ficar em Rosario, junto aos lentos barcos que avançam pelo rio Paraná, perto dos seus, celebrando o dia do Amigo "Leproso". Os laços sentimentais fazem bem ao boleiro. Não há nada mais estimulante –nem mais raro– que um jogador que pode ser torcedor de seu time. Juan Román Riquelme é um sedentário extremo do futebol. Sente-se cômodo no vibrante estádio do Boca Juniors e fica desnorteado e cego se veste uma camisa estranha. Messi também desejava ficar em casa, mas a sorte o converteu na figura oposta a Riquelme: um nômade extremo.

BARCELONA

Em 2000, cruzou o oceano para fazer um teste no time blaugrana. O Barça é mais do que um clube. Mas isso queria dizer que ele adotaria um grande de Rosario que, curiosamente, era um garoto? Os primeiros dias na Catalunha foram complicados. O treinador Carles Rexach estava em Sidney. Leo e seu pai o esperaram durante duas semanas num hotel com vista para a Plaza de España.

Memorizaram a paisagem e viram com inveja o ônibus azul que ia para o aeroporto. Não queriam estar lá. Estavam quase fazendo as malas quando souberam que o treinador voltaria no dia seguinte. Dizem que quando o empolgado Rexach treinou no Japão, nunca sabia qual dos dois times era o dele. No dia de seu encontro com Messi, chegou tarde ao campo, com seu costumeiro ar distraído. Mesmo assim, não custou a reconhecer o argentino no gramado, pois ele era o mais baixo de todos.

"Passou 15 dias em Barcelona, mas sobraram 14!", acrescentou Rexach, com seu gosto por inesquecíveis frases extravagantes.

Para tranquilizar a família, o técnico assinou o "contrato" mais fino do futebol. Em 14 de dezembro de 2000, pegou um guardanapo de papel em um bar e escreveu um parágrafo no qual se comprometia a cuidar do menino. O documento tinha o mesmo valor legal de uma súplica em Montserrat, mas hoje em dia está sob custódia de Josep Maria Minguella, o gestor da contratação, como uma valiosíssima peça de arte popular.

Em 1º de março de 2001, assinou-se um contrato de verdade e a família Messi se mudou para Barcelona, para dar apoio a La Pulga.

Um dos maiores desafios de um jogador de futebol é a administração da solidão. Precisa matar um tédio eterno em quartos de hotel. Isso se agrava quando o jogador é um garoto afastado de seu entorno. Sem os passatempos nem os raviólis familiares, Leo descobriu que morar em Barcelona era tão chato quanto chupar um prego.

Seus irmãos também se deprimiram. A mãe decidiu voltar com eles para a Argentina. Leo ficou com o pai na cidade onde então envelhecia outro estrangeiro: o gorila branco Copito de Nieve. Em Messi sobram habilidades, mas a história do futebol está cheia de talentos que ficaram pelo meio do caminho. Valia a pena permanecer em Barcelona, longe da família, sem recompensa certa à vista?

Uma tarde, o pai de Messi não aguentou mais e propôs que voltassem. Outra porta parecia se fechar na carreira do jogador. Mas, aos 13 anos, Leo já era um especialista em adversidades. O menino que escapou pela janela para ganhar seu primeiro título pediu a seu pai que ficassem. Em Rosario estava o mundo, mas em Barcelona estava La Masía, a escola de futebol onde se formaram Xavi, Iniesta e Guardiola.

TREINADOR

Rexach teve a generosidade de contratar um jogador que não seria seu: ele não duraria tempo suficiente como treinador para ver a estreia de Messi.

A honra coube a Frank Rijkaard, que soube levá-lo com bom ritmo e apoiá-lo paternalmente durante sua primeira lesão grave. Depois contaria com Josep Guardiola, o técnico que interpreta melhor do que ninguém o valor da infância no futebol. Não por acaso, foi gandula no Camp Nou. Ao começar a temporada 2009-10, percebeu que seu plantel estava restrito e comentou: "Jogaremos com as crianças", numa alusão a Pedro e Busquets. Com Guardiola no banco, o lugar de Messi estava assegurado.

A chegada de Leo à maioridade coincidiu com seu amadurecimento futebolístico. Em 2005, fez 18 anos, foi escolhido o melhor jogador do Mundial Sub-20 e anotou seu primeiro gol pelo FC Barcelona. Em 2007, confirmou sua hierarquia no Santiago Barnabeu: em 10 de março foi responsável por um "hat-trick" –quando o jogador faz três gols numa mesma partida– diante da equipe merengue, o Real Madrid.

Os números que Messi já ostentou nas costas traçam a biografia de um ídolo. Debutou no Barça com o 30, avançou até o 19 dos novatos que respondem e logo chegou ao upgrade definitivo: o 10 que Pelé e Maradona converteram em sagrado e, sobretudo, o que ele usava, ainda criança, no uniforme rubro-negro do Newell’s.

As chuvas de gols e os seis títulos conquistados com o Barça na temporada 2008-09 concederam-lhe o troféu Bola de Ouro. Ao pegar a taça, sorriu feito uma criança numa sorveteria. Isso não saciou seu apetite: na Liga dos Campeões 2009-2010, igualou a estrepitosa marca de 47 gols de Ronaldo.

Viriam outros recordes, quase inverossímeis. Em 2012, tornou-se uma dor de cabeça para o time da cidade que fabrica a aspirina: marcou cinco gols no Bayern Leverkusen, novo recorde na Champions. Naquele mesmo ano, alterou um recorde que estava de pé por 40 anos. Em 1972, Gerd Müller tinha anotado 85 gols no mesmo ano. Messi levou a cifra a 91 e enviou uma camisa autografada para o artilheiro alemão.

Os prêmios se tornaram, para ele, uma rotina de trabalho. Nada foi tão lógico quanto a quarta Bola de Ouro que recebeu, superando Michel Platini, Johan Cruyff e Marco van Basten, que receberam três.

A saída de Pep Guardiola do Barcelona em meados de 2012 foi um golpe duro para Messi. O técnico que lhe deu todas as facilidades para explorar seu talento e prescindiu de um centroavante para que o argentino pudesse ser dois jogadores ao mesmo tempo (o que prepara as jogadas como meia e o que as finaliza como um camisa 9) concedeu-se um sabático depois de quatro temporadas de extenuantes sucessos, nas quais, com a ajuda de Messi, conquistou 14 de 19 títulos possíveis.

Leo não assistiu à coletiva em que Pep se despediu porque não queria chorar em público. Mas seu rendimento não só não caiu com a saída do professor, mas aumentou no Barça de Tito Vilanova, homem da casa, ex-assistente de Guardiola e continuador de seu projeto.

A grande conquista que falta a Leo é com a seleção argentina. Se ainda se duvida que ele seja melhor que Maradona ou Pelé, é porque não conquistou títulos com a Selección Mayor, como os argentinos chamam o seu escrete. Na Copa do Mundo na África do Sul, em 2010, ele jogou bem, mas não esteve à altura de seu gênio no bagunçado time que Maradona olhava da beira do campo, crente de que seu carisma superaria sua falta de ideias.

A Copa do Mundo no Brasil vai ser uma prova definitiva para Messi, a oportunidade de demonstrar que também pode triunfar em seu país. O peso sentimental e mitológico dessa exigência é nítido. Lembramos de Pelé e Maradona pelo que fizeram por suas seleções.

Aos 25 anos, Messi é o jogador mais apreciado do planeta. Em cada partida demonstra que o futebol é um esporte maluco, que não depende do físico. Seu 1,69 metro de estatura não o impediu de marcar um gol de cabeça na final da Champions de 2009, diante do imenso goleiro Van der Saar.

Sua marca pessoal consiste em brecar a seco e iniciar uma súbita corrida para deixar os adversários perdidos e, de fora da área, chutar no ângulo. O que não o impede de também inventar gols de artifício: na temporada 2008-09, conseguiu o sexto título consecutivo do Barça conduzindo a bola com o coração.

No último dia 10, Lionel Messi voltou a revolucionar o futebol. Estava machucado e não podia enfrentar o Paris Saint-Germain, mas a equipe adversária ganhava de 1 a 0 e ao treinador não restou outro remédio senão escalar Messi.

Entrou aos 16 minutos do segundo tempo, e a partir de então o PSG foi abaixo e o Barcelona ressurgiu. Houve uma transformação emocional em todo o campo. O impacto de Messi não foi futebolístico, mas espiritual. Mal conseguia se mexer, mas bastou sua presença para alterar o jogo. Deu um passe decisivo e o Braça empatou. Foi o suficiente para passar para a rodada seguinte.

Pela primeira vez, Messi não jogou de corpo, mas de alma. De certa forma contemplamos sua posteridade: quando ele se aposentar, sua lembrança ajudará a continuar a ganhar jogos. Como dizia Nelson Rodrigues: "Até os fantasmas têm obrigações com seu clube".

Messi atravessa um estado de graça que não se via desde Maradona, de quem ele já copiou o célebre gol de 1986, quando Diego Maradona driblou metade da seleção inglesa. O xerox feito por Messi aconteceu em 18 de abril de 2007, contra o Getafe. Essa obra-prima produziu uma outra, do jornalismo, assinada por Juan Sasturian: "Lionel Messi, Autor do Quixote". Assim como Pierre Menard, o personagem de Borges, La Pulga fez da cópia uma arte.

Escreve Sasturain:

"Nesses tempos de futebol mecanizado e jogadas preconcebidas com executores obedientes, não é tão raro que se vejam gols iguais a outros –há uma infinidade de casos em que se repetem, copiados, circunstâncias e desempenhos–; o extraordinário do caso é que, precisamente, o que se via magicamente repetido era o –por definição– irrepetível, o excepcional: o melhor gol da história. O de Messi não era nem melhor nem pior: era, de um modo inquietante, igual. Não fez outro gol, parecido, nem o copiou, nem o imitou, nem o traduziu: simples e inacreditavelmente o fez outra vez."

Não sabemos aonde chegará Lionel Messi. Só sabemos que não há zagueiros nem trincos de portas que sejam capazes de detê-lo.

Quando uma criança quer uma bicicleta, é capaz de muitas coisas. Quando um homem joga feito o menino que quer uma bicicleta, é o melhor jogador de futebol do mundo.

30/10/2012

Messi, o maior

Filed under: Messi — Gilmar Crestani @ 9:46 am

 

Una Bota de Oro por 50 alfajores

Leo Messi, el mejor goleador de las Ligas europeas, es “la esencia del fútbol”, según Luis Suárez

Luis Martín Barcelona29 OCT 2012 – 20:50 CET23

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A Lionel Messi, cuando era niño, un empleado de las divisiones inferiores de Newell’s, en Rosario, le prometió un alfajor —un típico dulce argentino— por cada gol que marcara. “Entraba al campo pensando en el alfajor”, bromeó ayer dando respuesta a la pregunta de Olga Viza, que se encargó de presentar el acto en el que le cambiaron 50 alfajores por una Bota de Oro como el mejor goleador de las Ligas europeas del curso pasado.

Luis Suárez le entregó el zapato dorado, un premio que Messi se ganó tras marcar 50 goles en la Liga española, otro récord que se zampa el argentino. Fue en la antigua fábrica de cervezas Damm, organizado por el diario Marca, y en presencia de Xavi y Puyol, sus capitanes en el Barcelona, a los que recordó diciendo que sin ellos, sin sus compañeros de equipo, no lo hubiera conseguido. “Siempre lo dije, porque es cierto. Este, como el Balón de Oro, es un premio grupal. Sin la ayuda del equipo no lo hubiera logrado”, insistió en un mensaje que no por repetido, suena menos asumido.

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Al acto asistieron numerosos deportistas de modalidades bien distintas al fútbol y todos buscaron una comparación de Leo en sus deportes. “Es Jordan”, dijo Navarro; “Tiene el talento de Federer y el carácter de Nadal”, afirmó Bruguera. “Es Phelps, igual de humilde y tan campeón como él”, aseguró Mireia Belmonte; y Juanín García, jugador del Barça de balonmano, señaló que era una mezcla de Karabatic y Balic y advirtió de que puede llegar a ser como Stefansson o Wislander.

“Es probable que sea el mejor de todas las épocas”, le reconoció Sabella, el seleccionador argentino, quien desveló que una conversación con Guardiola le sirvió para marcar el camino a la hora de entrenar a La Pulga: “Necesita cariño, pero que no le agobien demasiado”. “Comparado con el resto de los humanos, tiene un hueso más en el pie: el balón”, avisó Bilardo, director técnico de la federación argentina, el técnico que llevó a la albiceleste a ganar el Mundial de 1986 con Maradona liderando su equipo. “¡Vaya quilombo!”, exclamó Messi cuando fue advertido de la posibilidad de que su primer hijo nazca hoy, justo el día que lo hizo El 10.

Los deportistas de otras disciplinas le compararon con Jordan, Nadal y Phelps

Luis Suárez, hasta la fecha el único Balón de Oro español de la historia, fue rotundo al definir al argentino antes de entregarle el dorado botín. “Es la esencia del fútbol”, advirtió, para después enumerar las razones por las que, según él, “Messi es el mejor”. Dijo Suárez: “Hace lo que hace en centímetros, es necesario para el equipo, se le ha metido el gol en la cabeza y nunca un jugador de sus características, tan habilidoso, metió tantos goles. Pero es algo más: entiende el juego”, le elogió el exfutbolista.

Messi, que se fotografió con las chicas del waterpolo femenino español al término del acto, negó acordarse de todos los goles que marca, pero admitió que le recuerdan de vez en cuando los que lleva. Por eso, sabe que está a dos de los 75 goles en un año, cifra que firmó Pelé. Y lo valora en su justa medida. “Es muy lindo para mí y un orgullo estar tan cerca de igualar un registro estadístico de un jugador tan grande”, reconoció el delantero, que dijo desconocer si ahora está atravesando su mejor momento deportivo y reiteró su sentimiento de gratitud al Barcelona “por lo que hizo” por él “cuando era un niño”. A día de hoy, el 10 del Barça solo tiene un sueño. “Jugar siempre para el Barcelona antes de ir a Argentina a retirarme. Lo importante es que sigo creciendo aquí”, señaló el argentino, ese que de niño se comía un alfajor por cada gol.

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19/03/2012

Egosaurus Rex

Filed under: Maradona,Messi,Pelé — Gilmar Crestani @ 7:33 am

Na minha singela opinião, Maradona foi craque dentro e fora de campo. Pelé continua como Rei… do Markenting.

Egosaurus Rex

Es divertido seguir la eterna carrera entre Pelé y Maradona por ver quién fue el mejor de la historia

Santiago Solari 18 MAR 2012 – 22:44 CET8

 Cristiano Ronaldo, durante un partido con el Madrid. / JAVIER SORIANO

No es fácil determinar si el ego de los futbolistas es algo que siempre estuvo allí, latente, acompañándonos desde antes de jugar profesionalmente, o si tiende a crecer con el tiempo por la atención y los aplausos del público, como una enredadera a la cual no debemos olvidar podar de vez en cuando para que no se convierta en un gigante fuera de control que nos encierra y esclaviza.

Lo cierto es que el fútbol, tan popular y mediatizado, expone de la misma forma el talento de los futbolistas y las fantásticas opiniones que solemos tener sobre nosotros mismos. También es verdad que ese ego sobrealimentado muchas veces queda en pie, enorme y anacrónico, cuando, más temprano que tarde, el fútbol y la atención se terminan de repente y solo quedan los fósiles del futbolista que fuimos en la edición refrita de algún canal de deportes.

Por suerte, al tratarse de un juego, las anécdotas de exfutbolistas otorgándonos trofeos y colgándonos medallas, reales o imaginarias, causan más risas que enojos. Muy divertido es seguir la eterna carrera entre el ego de Pelé y el de Maradona por dirimir quién de los dos fue el mejor de la historia. Hay que reconocer que, mas allá de eliminar otra competencia y no mencionar nunca a Di Stéfano, Cruyff, Platini o Puskas, al menos se dan entidad entre ellos, aunque solo sea para atacarse.

El mes pasado, Pelé, para explicarnos a todos una vez más cómo es el lugar que ocupa en el trono del Olimpo del futbol, debió recurrir a genios de otras disciplinas y otras épocas. “Yo nací para el fútbol como Beethoven para la música y Miguel Ángel para la pintura”. Sin importarle por qué Pelé no tiene en alta estima a Miguel Ángel como escultor, Maradona, conocedor de que esta es una batalla que se dirime en el terreno popular, no quiso entrar en disquisiciones pictóricas y alejó el debate del Renacimiento. Lúcido, distanció también la discusión musical de lo académico y, además, en un golpe maestro, multiplicó el número de comparaciones: “Si Pelé es Beethoven, yo soy Ron Wood, Keith Richards y Bono”. De no haber sido tremendamente espontánea, la respuesta de Diego habría pasado por una estrategia meditada: si Pelé es compositor, yo también, pero además soy bajista, guitarrista y vocalista. Si Pelé se representa en lo clásico y lo antiguo, yo seré lo popular y lo moderno.

 Maradona y Pelé, en el plató del programa de la televisión argentina ‘La Noche del Diez’, en 2005. / REUTERS

Pelé tiene también una manera especial de reconocer el talento ajeno: lo compara todo consigo mismo. Hace poco demoró el debate acerca de Messi y sus posibilidades de convertirse en el mejor jugador de la historia “hasta que gane tres Mundiales y marque 1.283 goles” como él. Esto me recuerda el día que Ronaldo, uno de esos enormes futbolistas con un ego, felizmente, no más grande que su talento, se divertía en el vestuario después de ganar el Trofeo Pichichi con las curiosas felicitaciones de Hugo Sánchez: “Enhorabuena, ojalá que puedas ganar cinco Pichichis seguidos igual que yo”.

Menos divertido es cuando ese ego no encuentra el alimento que espera obtener en todas partes y tiende a justificarlo proyectando sentimientos. Cuando Cristiano Ronaldo analizo la antipatía que despierta en algunos campos de España y la adjudicó a la envidia, no exageró, quizá, en el diagnóstico que hizo sobre sí mismo: “Rico, guapo y un gran jugador”. Pero con su declaración cayó en el sitio exacto que puede generar esa antipatía: una excesiva consciencia y necesidad de comunicar los propios atributos.

Enhorabuena, ojalá que puedas ganar cinco Pichichis seguidos igual que yo”

Hugo Sánchez, a Ronaldo

José Sanfilippo (1935), quinto máximo goleador histórico del futbol argentino, suele utilizar la estadística hacia donde le conviene para recordarnos los muchos goles que marco en los años sesenta y que nunca vimos. “Si jugás mil partidos, podés hacer 700 goles”, dijo, poniendo el énfasis no en la cantidad, sino en el promedio de goles, cuando se sintió amenazado porque Martín Palermo se acercaba a sus 227 goles, que finalmente igualó.

No es fácil eso de podar el ego y mantenerlo a raya. Yo mismo me pregunto, a veces, si no escribo estas líneas una vez por semana como un modo de mitigar la otra pérdida, lo cual me lleva a recordar, a la manera de Sanfilippo, que, con dos goles marcados en los únicos dos tiros libres que me dejaron patear en cinco años mis talentosos compañeros, soy el futbolista del Madrid con mejor porcentaje de efectividad en ese rubro en la historia del club: 100%. Di Stéfano, Zidane, Figo, Beckham, Roberto Carlos y Cristiano Ronaldo, por favor, abstenerse de discutir conmigo: están eliminados.

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17/02/2012

Blitzkrieg “por una remera”

Filed under: Blitzkrieg,Messi — Gilmar Crestani @ 11:33 am

Messi intercambia su camiseta con Kadlec tras el partido.

DEPORTES › LA IDOLATRIA POR LIONEL MESSI ALCANZA LIMITES INCREIBLES

Se pelean hasta por la camiseta

Dos futbolistas del Bayer Leverkusen se enfrentaron por la casaca Nº10 del rosarino, al punto de que Messi les dio una a cada uno. Los dirigentes del club, enojados con la situación, los obligan a que sorteen las camisetas para beneficencia.

Se peleaban más para lograr el canje de la camiseta con Lionel Messi que por entender cómo neutralizar al Barcelona. Se pelearon después por la posesión de esa camiseta número 10 con la que el rosarino lideró a su equipo en la victoria 3-1 del martes. Tanta pelea para nada. El director deportivo del Bayer Leverkusen, Rudi Völler, obligará a dos de sus jugadores a subastar las camisetas que le cambiaron a Messi en el BayArena de Leverkusen.

“Les garantizo que Kadlec y Friedrich subastarán sus camisetas de Messi con fines benéficos”, dijo Völler, el goleador de Alemania en el Mundial de 1986, al diario Bild.

El ahora directivo del Leverkusen se mostró molesto por el altercado que protagonizaron los zagueros Manuel Friedrich y Michal Kadlec por la prenda del argentino en el entretiempo del partido de ida de octavos de final de la Champions League.

Según la versión de Bild, Kadlec, autor del único gol del Leverkusen, cambió la camiseta con Messi antes de la pausa. Camino de los vestuarios se desató una polémica con Friedrich, quien la reclamó para sí y se la quitó.

Cuando terminó el partido, Kadlec volvió a cambiar la codiciada camiseta con Messi –y esta vez se llevó la que el argentino vestía en el momento de convertir el tercer gol del Barça– anticipando que tendría “un lugar de honor”. El propio Kadlec dijo luego que remontar el 1-3 en calidad de visitante “sería un milagro mundial”.

“El noventa por ciento de los jugadores estaba concentrado en el juego. Pero a estos dos se les fue la mano. Todavía no hablé con ellos, pero lo voy a hacer”, anunció Völler. “La camiseta de Messi fue más importante que el partido para los futbolistas del Leverkusen”, titula en grandes caracteres el Bild.

Con ese gol postrero, tras pase de Dani Alves, Messi es el actual artillero de la Champions League, con 7 tantos, uno más que el alemán Mario Gómez, del Bayern Munich. Otros argentinos que se hicieron un lugar en la tabla de goleadores del prestigioso torneo son Federico Fernández, el defensor del Napoli, y Gonzalo Higuaín, el atacante del Real Madrid, con dos tantos cada uno.

Sergio Agüero marcó, a cinco minutos del final, el tanto del triunfo del Manchester City, 2-1 sobre el Porto, como visitante, en la Europa League. El Atlético Madrid que dirige Diego Simeone venció 3-1 al Lazio, con dos goles del ex River Radamel Falcao, mientras que el Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa cayó 2-1 en Moscú ante el Lokomotiv. Manchester United superó 2-0 al Ajax con goles de Young y Chicharito Hernández.

Página/12 :: Deportes :: Se pelean hasta por la camiseta

23/01/2012

Maradona ainda é o maior, dentro e fora de campo

Filed under: Maradona,Messi,Pelé — Gilmar Crestani @ 7:46 am

Ganhou sozinho um Mundial para a Argentina. Messi é um robozinho num time robotizado. Pelé, é de outros tempos. Não se deu conta que na idade dele inveja não é mais sintoma, é diagnóstico.

Ojo que a este ritmo te alcanza

O Rei había intentado minimizarlo en la semana, pero a la Pulga no le importó. Con tres tantos guió a Barcelona a un nuevo triunfo, esta vez 4-1 a Málaga, y sigue a cinco puntos de Real Madrid, que goleó al Bilbao. El miércoles se juega la revancha en la Copa del Rey.

“Cuando Messi meta 1283 goles y gane tres mundiales, ahí hablamos.” En la semana, Pelé atacó al astro del Barcelona sin ningún sentido. Un día después, Diego Maradona salió a defenderlo: “Pelé es un muñeco a control remoto”. Y ayer, el propio Lionel Messi encontró la mejor respuesta, sin decir una palabra. Con tres golazos, el mejor jugador del mundo guió al Barcelona a una goleada 4-1 sobre el Málaga, con otra actuación inolvidable. Por 14ª vez anotó tres goles con la casaca azulgrana, la quinta en esta temporada. Sí, tiemblan los 1283 de O Rei…

“Lo importante era ganar, más que mis goles. Hemos podido con un gran equipo como el Málaga. Marqué, así que contento por todo”, señaló Messi tras un nuevo recital futbolístico, suyo y de su equipo. “No es fácil jugar de visitante. Todos los partidos son complicados, más cuando juegas fuera. Por suerte hicimos un gran partido que definimos en la segunda parte”, dijo el argentino, que esta vez no tuvo la colaboración de Cesc Fábregas y Xavi, quienes fueron reservados por el entrenador Pep Guardiola para el encuentro del miércoles ante el Real Madrid por la Copa del Rey.

No era sencillo el compromiso para el Barça. Málaga le generaba situaciones y le oponía mucha resistencia. Hasta que apareció Messi. Tras un centro de Adriano, el goleador argentino se levantó en el área y metió un cabezazo notable para vencer a Wilfredo Caballero, ex arquero de Boca. Tras el segundo gol del chileno Alexis Sánchez, el capitán de la Selección se encargó del resto. Con una jugada personal y un toque cruzado aumentó la diferencia. Y con otra maniobra descomunal, que arrancó casi en la mitad del campo y terminó con un toque sutil en el área rival para someter por tercera vez a Caballero, completó su obra. En el medio hubo un tiro libre que dio en el travesaño y que le impidió repetir aquel record logrado ante el Arsenal de la Champions League.

Tras el partido, los elogios de Guardiola no tardaron en llegar. “Su gran fuerza es la regularidad, ha vuelto a encontrarse con el gol, le irá bien”, remarcó el entrenador catalán, que hizo alusión a los dichos de Pelé en la semana: “Es su alma, ya no le afectan los comentarios. Su vida es el campo de fútbol, todo lo exterior le afecta relativamente”.

Para Messi, su cabeza ya está en lo que viene. “Obviamente nos cansamos todos los partidos porque son exigentes, pero estamos acostumbrados a jugar cada tres días. Esperamos recuperar bien y estar de la mejor manera para afrontar un partido complicado como el clásico”, señaló el crack. Y, claro, para seguir acercándose a los 1283 de Pelé.

Página/12 :: libero

10/01/2012

Maradona é melhor que Messi

Filed under: Maradona,Messi — Gilmar Crestani @ 10:07 pm

E Pelé, juntos… Dentro e fora de campo. Pelé é melhor em marketing. Maradona, em futebol. Em sintonia com a realidade, Maradona goleia Pelé.

Maradona è più forte di Messi, parola di palla

Potrei approfondire il dato, come vedo fare a molti sulla rete, che Lui giocava con degli incapaci e Messi invece con la squadra più forte della storia. Potrei sostenere con motivazioni lunghissime che Lui ha vinto in due continenti e sempre con formazioni discutibili, mentre Messi è nato, cresciuto e pasciuto nel Barcellona dei record. Potrei anche stroncare ogni polemica, ribadendo che Lui ha vinto un Mondiale con e guadagnato una finale giocando con Dezotti e Barbas, panchinari di Cremonese e Lecce, mentre Messi in Sudafrica se l’è fatta addosso; e se qualcuno cerca di argomentare le pessime prestazioni della Pulce con l’ansia che le aspettative alimentavano, state sicuri che Lui di aspettative e di necessità di dimostrare la sua caratura ci ha campato fino all’ultimo secondo in cui ha solcato i campi, dovendo fare i conti con gli echi della sua vita smisurata. No, per dichiarare senza ombra di dubbio che Maradona resta infinitamente più forte di Messi – fresco di terzo Pallone d’oro consecutivo – non userò queste riflessioni. Lo fanno in tanti, sono autoevidenti. E neanche il fatto tecnico: non è che la forza di un giocatore si decida su qualche tocco in più in dotazione o su un gol più bello, dato che ci troviamo di fronte a campioni di calibro eccelso.

Riporto la splendida affabulazione che lo scrittore Maurizio De Giovanni inserisce nel suo “La lunga storia del gol più bello di tutti i tempi” in veste di presentazione di Diego: “Lui faceva così: in qualsiasi parte del campo, lo trovavi più vicino degli altri, come se avesse già visto la partita e se la ricordasse a memoria, come se la palla gli avesse parlato, senti un po’, allora mettiamoci d’accordo: io rimbalzerò due volte, la seconda volta un po’ storta perché c’è una zolla, e cadrò esattamente là; fammi trovare il tuo piede sinistro, e io ci sarò”. Non c’entrano, come ho già detto, motivazioni tecniche. Né le partite. No, è il contrario. Quello a cui mi riferisco avviene fuori dal campo, esce dalle contingenze per consegnarsi all’eternità dell’arte e delle leggi fisiche. Perché quando lo tocca Maradona, il pallone subisce una scossa magnetica: non può separarsi da lui. Merito del primato che Diego gli conferisce. Ho visionato migliaia di filmati, e il dato più notevole è che se c’è una sfera, Diego si disinteressa del resto. Guardate quando va in televisione per raccontare la sua vita. Puntuale, a fine intervista il presentatore gli fa materializzare un pallone. Lui sta lì per esibirsi, potrebbe prenderla a cuor leggero. Invece no. Anche se si tratta di fare dieci palleggi davanti alle telecamere, quella che gli rimbalza davanti torna ad essere la sua ragione di vita, è più forte di lui.

Assorto, serissimo, si ricollega al respiro della terra come un buddista con un “Nam myoho renge kyo”. Il resto scompare, tutto è ridotto ad un movimento sferico e celeste. Andatavene, voi resto del mondo, che volete capirne del mio dialogo eterno col pallone, pare dire Diego senza aprire bocca. Solo, seguendo quel manufatto di stoffa sintetica che precipita nella modernità quello che Pitagora chiamò il Divino. Come scrisse Brera: “Il fascino del giuoco del calcio viene dalla sfericità della palla, che per essere sempre e dovunque in perfetto equilibrio si trova in certo modo a mimare la prodigiosa armonia dei mondi”. La palla è l’icona di Dio e Maradona il suo sciamano preferito. Come se fosse l’unico centro di gravità possibile, l’unico punto in cui questa immagine di perfezione può andare a finire. Notate Diego nel balletto sulle note di “Life is life”, prima della semifinale che il Napoli disputò con il Bayern Monaco. Per imprimere entusiasmo ai compagni mostra gli unici muscoli possibili: il suo rapporto con la sfera. Con la quale danza, come a ricordare “niente paura, qua ci sono io con il mio elemento naturale, e non ce lo leveranno mai”. La palla, lontana da Diego, prova nostalgia.

Un ultimo richiamo storico che forse mi colpisce più degli altri. È la prima partita dei mondiali ’90, a Milano. L’Argentina, in quanto detentrice del titolo, ha l’onore di aprire i giochi contro il Camerun. Diego scambia i gagliardetti con Roger Milla, capitano della squadra africana. È un momento topico, sta per iniziare il Mondiale, le telecamere di ogni paese sono sintonizzate con quel punto della terra. Dopo i saluti di rito, mentre l’arbitro si coordina con i collaboratori, non si sa da dove arriva un pallone sul sinistro di Diego. Lui lo alza, e inizia a palleggiare di tacco e di spalla. Ora smetterà, pensano tutti, deve iniziare una delle gare più attese del Mondiale. E invece no, lui continua. Gli si avvicinano degli addetti, gli chiedono di finirla. Ma Lui prosegue, sta parlando con l’essenza intima di sé stesso. Anche se gli occhi del pianeta aspettano l’inizio della gara, per Lui è più importante capire cosa gli sta dicendo la sua amica. Finché non nascerà un giocatore capace, come Lui, di dare priorità al pallone su tutto il resto, su telecamere e premi, su partite e onori, non ci sarà uno più forte di Diego.

È la palla, che dà ragione a Diego. Chiedetelo alla palla, chi è il più forte

Maradona è più forte di Messi, parola di palla – AgoraVox Italia

02/01/2012

Incontestable Messi

Filed under: Messi,Neymar — Gilmar Crestani @ 9:05 am

Neymar

Gabiru I, o magno, é melhor que Neymar. Teve uma chance e a aproveitou. Neymar teve várias, e amarelou. Tire o patrocinador que está por trás do bola murcha e o dito cujo desaparecerá da mídia…

El futbolista argentino del Barcelona se supera en cada temporada por su importancia en el juego colectivo y también por su productividad goleadora

RAMON BESA – Barcelona – 02/01/2012

Andrea de Benedetti, periodista italiano al que Leo Messi concedió en abril unos minutos para la revista GQ, acabó la conversación, largamente esperada, especialmente preparada, con una frustrante confesión: "Entrevistar hoy al mejor jugador del mundo supone para un reportero lo mismo que para un defensor marcarle en la cancha; al final no sabes en qué has fallado".

"La grandeza de Leo es que nunca juega un mal partido", resume Johan Cruyff

Ha marcado 55 goles en 57 partidos y es favorito para lograr su tercer Balón de Oro

El magazine de L’Équipe publicaba al mes siguiente un reportaje sobre seis zagueros "crucificados" por La Pulga. Messi m’a tuer [Messi me ha matado] se titulaba un texto en el que los jugadores expresaban su impotencia para detener al delantero del Barça. No tenían palabras para definir su desasosiego y admiración.

Wayne Rooney, el mismo futbolista del Manchester United que se había levantado del sillón de su casa para aplaudir el 5-0 que el Barça le endosó al Madrid en la Liga, se rindió. Esta vez con su equipo, tras perder la final de la Champions en Wembley: "He visto el partido otra vez y son increíbles. Los azulgrana son, de lejos, los mejores. Quisimos entrar en el encuentro y no pudimos. No supimos cómo atacarles ni cómo combatir al mejor futbolista de todos los tiempos: Messi".

La Pulga solo se expresa a partir del balón, de manera que es mejor recrearse con sus actuaciones en el campo que aguardar sus discursos en la entrega de los premios que se le otorgan, tanto da si es en Italia, Francia o Inglaterra. Argentina, mientras, sigue confundida, porque los hinchas le quieren como un caudillo y después de cada derrota le toman por un apátrida. No extraña que hayan empezado la reconquista por su ciudad natal de Rosario con la declaración de ciudadano ilustre.

La vida de Messi es previsible y aburrida, obsesionado en dormir cuando no juega, una vez que ni la play ni las series le distraen, circunstancia que explicaría también su regularidad en la cancha. O al menos así lo sostiene el periodista Leo Faccio, uno de los que más ha seguido el rastro del jugador, tan talentoso como tozudo. Al respecto es ilustrativo un artículo de Ramon Solsona publicado en La Vanguardia en el que recordaba el estreno goleador de Messi en un encuentro ante el Albacete, en mayo de 2005, en el Camp Nou. La Pulga marcó un tanto de vaselina después de un pase de cuchara de Ronaldinho cuando estaba a punto de cumplirse el tiempo reglamentario. El árbitro, sin embargo, anuló el gol. La respuesta de La Pulga fue repetir la acción un minuto después para certificar el triunfo del Barça.

"La grandeza de Leo es que nunca juega un mal partido", sintetiza Johan Cruyff. "Lo normal es que se acerque al 9, pero nunca baja del 7". Messi y el Barça progresan por igual, mejoran su juego cada año, independientemente del número de trofeos conquistados. Los azulgrana han ganado cinco de los seis títulos en disputa en 2011, uno menos que en 2009, después de perder la final de Copa del Rey contra el Madrid, derrota que provoco el llanto de Messi en el vestuario del Barça.

La Pulga se superó, y los galardones que recibe, su condición de favorito para ganar por tercera vez consecutiva el Balón de Oro el próximo lunes, los 55 goles que ha marcado en 57 partidos -el equipo totaliza el récord en un año de 170- acreditan su consagración como número uno. La Pulga encuentra con mayor facilidad la portería desde que Guardiola le situó como falso nueve, rodeado de Xavi, Cesc e Iniesta, un puesto que ni pintado para un futbolista que descifra el juego sin necesidad de consignas tácticas ni correcciones sino a partir de su instinto. El gol que le marcó a Almunia ante el Arsenal, su actuación en el Bernabéu en la semifinal de la Champions o sus exhibiciones en Wembley y Japón subrayan su jerarquía individual e importancia en el colectivo. Messi es el mejor, y como tal le trata el técnico y el equipo. Xavi reconoce que no puede estar más de cinco minutos sin pasarle la pelota. Los compañeros le buscan en la cancha y buscan su complicidad en el vestuario. Hay pocos que le diviertan más que Pinto y ha caído en gracia a Alexis. "El único que se ríe de mis chistes es Leo", dice el extremo. "Valdés, en cambio, chilla: ¡Chileno! Hablas tan rápido que no te entiendo". Messi es un niño, imposible comprenderle desde el punto de vista de un adulto, cada vez más admirado en todos los sitios, incontestable.

Benedetti todavía se ruboriza cuando recuerda que Messi le contó que lo más sorprendente que se encontró a su llegada a Barcelona es que "el mar era de color gris y no azul como creía".

EXTRANJERO DEL AÑO

LIONEL MESSI: 22 votos.

NOVAK DJOKOVIC: 18 votos.

SEBASTIAN VETTEL: 10 votos.

De Armstrong a Messi

– Ganador de 2010: Messi.

– Ganador de 2009: Bolt.

– Ganador de 2008: Phelps.

– Ganador de 2007: Federer.

– Ganador de 2006: Federer.

– Ganador de 2005: Armstrong.

Incontestable Messi · ELPAÍS.com

19/12/2011

Gabiru é melhor que Neimar

Filed under: Barça,Gabiru,Inter,Messi,Neimar — Gilmar Crestani @ 8:25 am

Barça desafia o futebol, mas não desafia o Inter. Por que será?

Depois do bordão “Obina é melhor que Etoo”, vem aí Gabiru é melhor do que Neimar.

Gabiru ganhou de Iarley a oportunidade de sua vida e não desperdiçou…

Neimar saracoteou como minhoca em asfalto quente na frente dos zagueiros azul-grená. E não encontrou a direção do gol, mas a porta da rua, que é serventia da casa.

Revi ontem o jogo do Inter contra o Barcelona. Índio e Fabiano Eller mataram a pau, sempre na bola, claro.

Ronaldinho, o Messi de então, com o galardão de melhor do mundo, também saracoteou, mas Ceará e Edinho não deram chance ao R5 dedos. Um afofava e outro ordenhava a vaquinha do Barça. Não piscaram nem deram trela. Fizeram o jogo da vida deles. E mantiveram uma tradição, na Copa Audi. Inter invicto diante do todo poderoso Barça.

Onde estava o Iarley do Santos? O Ganso jogou como um pato. Por falar nisso, o Pato e o Fernandão fizeram jogadas, para cima de Puyol (cinco anos mais novo) e Rafa Marquez, a mão amiga e Ronaldinho nas horas difíceis, mais espetaculares que a dupla midiática do Santos. Tirem os milhões dos patrocinadores por trás de Ganso e Neimar, que investem mais na mídia que no futebol, e encontrarão um Santos que leva 4, de quatro… A jogada que Neimar aprontou para cima do Flamengo, que a mídia usou para entroniza-los no panteão dos craques, é cria do Nilmar.

O craque, cria do Inter, hoje no Villareal, cansou de driblar meio mundo, como fez contra o também ex-time, Corinthians, lembram:

Nilmar é melhor que Neimar!

El Barça desafía al fútbol

La poética victoria ante el Santos (4-0) en el Mundial de Clubes subraya que la idea contracultural que los azulgrana tienen del juego trasciende incluso de los numerosos títulos conseguidos

JOSÉ SÁMANO 18/12/2011

Hay equipos que se consagran solo por sus títulos y su rastro se pierde con los tiempos. Otros trascienden a su palmarés y quedan para siempre en la retina por su sello contracultural. Solo una minoría sería capaz de recordar de memoria el historial del gran Ajax de los setenta, pero ningún aficionado desconoce su mayúscula influencia en la historia del fútbol. La posteridad del Ajax, el Honved de Hidegkuti y Puskas, la Máquina de River, el Madrid de Di Stéfano, el Liverpool de Bill Shankly, el Milan de Arrigo Sacchi o la Quinta del Buitre, entre otras grandes leyendas, no se debe en exclusiva a su cosecha de éxitos. Todos desafiaron al fútbol.

    El Barça es el último revolucionario y uno de los más extremistas. Del Ajax del fútbol total al Barça sin delanteros, tres defensas y un pelotón de centrocampistas con talla para el hipódromo, no para este deporte. Eso dirían los puristas, los que desconfiaban de la fragilidad de Butragueño o Raúl, consumidos por la idea antediluviana de que el fútbol es cosa de hombres. Frente al fútbol de los machotes, el de los dobles y triples pivotes, el de los centrales como vigas de hormigón, los carrileros de ida y vuelta hacia ninguna parte o los arietes de dos pisos, Pep Guardiola se ha empeñado en envidar contra la física de este juego. Se podría decir que viendo a este Barça evolucionado hasta el centrocampismo total -Messi incluido- el entrenador catalán ha importado el futbito al fútbol. El Barça se mueve de baldosa en baldosa, como en un tablero de ajedrez y siempre con blancas. El juego corto con la mirada larga, hacia adelante y hacia atrás. El equipo ataca y defiende desde el medio. Si amenaza Neymar por el retrovisor se le anula con un marcaje a la pelota: sin balón no hay Neymar o Pelé que valga. El ataque es coral, como un acordeón. Se inicia sin nadie en el área adversaria, unos cuantos tocan y tocan con aire rutinario al tiempo que otros ocupan los espacios. De repente, donde no había nadie flotan de puntillas chicos de cristal entre una manada de bisontes defensivos. Hasta el punto de que su presunto lateral derecho (Alves) puede ser quien más remate, su faro quien golee (Xavi) y su único delantero postizo quien mejor asista (Messi) o quien mejor haga lo que le dé la gana. Hay mucho camuflado en este Barça de mentiras que es capaz de convertir cada gran reto en un arte de lo imprevisto. Compite como nadie contra sí mismo. Guardiola se anticipa a la descodificación de sus contrarios y su constante aperturismo táctico supone un incentivo para sus jugadores, que ya suman 13 de los 16 títulos disputados con el de Santpedor.

    Esa es la epopeya del Barça: su quijotesca idea del fútbol cautiva aún más que sus trofeos. Ese es su destino de oro en la historia.

    20/10/2011

    Messi y el Che Guevara

    Filed under: Che Guevara,Messi — Gilmar Crestani @ 9:03 am
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    La Pulga habla de temas sociales en una entrevista a una revista argentina

    L. MARTÍN – Barcelona – 20/10/2011

    Es común pensar que Messi solo piensa en meter goles, y con frecuencia se le ningunea más allá de los terrenos de juego, por considerársele una persona poco implicada. Pero lo cierto es que la Pulga tiene un perfil solidario que no publicita, pero que le acerca a cuestiones que entroncan con sus humildes raíces. Ayer, sin ir más lejos La Garganta Poderosa, una revista que se distribuye desde Villa Zavaleta, suburbio de Buenos Aires donde la vida es bastante más que difícil, publicó una entrevista con Leo. El delantero del Barcelona retó a quienes le acusan de no defender la albiceleste con sentimiento: "Se dijeron muchas cosas, pero no les doy importancia, no le tengo que demostrar nada a nadie. Yo sé muy bien lo que siento y sé de dónde soy". Y añadió: "Me pasa que voy por otras partes del mundo y me encuentro la camiseta argentina relacionada con mi nombre, y eso es lo máximo. Me emociona ver camisetas o banderas del Che Guevara o de Maradona en cualquier lugar del mundo. Me causa una sensación hermosa", desveló.

    Recuerda sus humildes orígenes en una barriada de Rosario: "Intento hacer las cosas bien, porque sé que hay muchos chicos que se fijan en uno y es un orgullo ser un ejemplo para ellos, por lo que hago dentro de la cancha, pero sobre todo por el comportamiento que tengo afuera, siendo humilde, sin olvidar de dónde uno salió y peleándola siempre. La fama y la plata no son lo más importante en la vida, solo importa lo que uno es. Nunca nadie debería perder la humildad. Yo no soy mejor ni peor persona por lo que tengo, ni me creo más que otro, para nada", considera.

    Messi aborda abiertamente la adicción a las drogas, un drama que hace estragos entre la juventud, la de Buenos Aires y la del mundo entero. "Si una persona cae en la droga o en el alcohol no es el principal responsable, porque la causa del problema está en la falta de oportunidades. Está así por no haber tenido educación y porque le han faltado muchas cosas", opinó. "Por eso, siempre mi intención fue trabajar con los más chicos, para evitar que lleguen a cometer esos errores. Y aunque a veces uno tiene parte de culpa, jamás es el ciento por ciento. Toda esa situación empieza por la necesidad", confesó. Leo buscó ante el Plzen con ahínco un gol que no llegó. Hubiera sido el equipo número 50 contra el que habría celebrado un gol.

    Messi y el Che Guevara · ELPAÍS.com

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