Ficha Corrida

02/12/2012

“El retardo de justicia no es denegación”

Filed under: Argentina,Grupo Clarin,Martín Granovsky,Poder Judiciário,Raúl Zaffaroni — Gilmar Crestani @ 9:25 am

El ministro del tribunal supremo pidió mayor actividad al juez que debe fallar sobre el reclamo de Clarín contra la adecuación que establece la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Advirtió contra la tormenta de cautelares. Comentó el fallo de Griesa. Y analizó los homicidios dolosos y la forma de reducirlos.

Por Martín Granovsky

Las grandes fechas tienen una ventaja: ayudan a graficar un tema. Y una desventaja: lo simplifican demasiado. Es lo que parece ocurrir con el próximo viernes, el 7 de diciembre, una fecha que simboliza el cruce entre el artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sobre adecuación de los propietarios de medios a normas de mercado sin posiciones dominantes, la cautelar que interpuso el Grupo Clarín y la falta de decisión judicial sobre el fondo del asunto, la constitucionalidad del artículo. Raúl Zaffaroni, que no es sólo un jurista sino también ministro de la Corte Suprema, analiza el tema y explica las últimas resoluciones del máximo tribunal.

–Falta menos de una semana para el famoso 7 de diciembre. ¿Qué debería pasar ese día?

–Vamos a los hechos. Hasta ahora lo que se decidió en la Corte es simplemente no hacer lugar a la vía ensayada por Clarín para un acceso, precisamente, a la Corte. También resolvimos decirle al fuero Civil y Comercial Federal: “Pónganse en orden y desenmarañen lo que hay, con su añadido de excusaciones y recusaciones”. En cuanto al juez, que dicte sentencia lo más rápido que pueda.

–¿Ustedes le indicaron un día para dictar sentencia?

–No, no se lo podemos decir. El juez tiene términos. Lo que se dice es que los términos se acorten.

–El último fallo de la Corte Suprema sobre todas las circunstancias que rodean al artículo 161, el de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que establece la adecuación de los medios a nuevas cuotas de mercado, ¿profundiza o cambia el fallo de la Corte de mayo sobre que las cautelares debían tener un plazo razonable?

–El fallo del 22 de mayo sigue vigente. Lo que se ensayó ahora por parte de una parte reclamante es una vía de entrada por un recurso no procedente. Dijimos que así no se hace. Por eso no se le abrió la instancia. Y aprovecho para aclarar que no hubo resolución complementaria. En la Corte Suprema se firmaron las dos en el mismo momento. Por un lado, una fórmula sacramental y por otro lado una resolución diciendo a los jueces que actúen.

–¿Qué es una fórmula sacramental?

–Como un sello. Una fórmula habitual para decir que un recurso no procede.

–¿Y cuál es el espíritu del mensaje al juez?

–Pongo un ejemplo práctico. Que el juez saque las fotocopias que deba sacar y que no se desentienda del expediente. Que no cierre ahora el expediente completo y lo mande para arriba.

–Que no dé innecesariamente vueltas buscando la segunda instancia.

–El mensaje podría leerse así: “Señor, no dé más vueltas y escriba la sentencia”. Por supuesto, llegar a esa sentencia es algo que debe hacerse respetando los términos procesales según el estado de la causa.

–¿Hay algún elemento a la vista para sacar la conclusión de que el Poder Judicial incurrió en denegación de justicia?

–No, de ninguna manera. Denegación de justicia no. Hay un retardo de justicia motivado por una maraña de excusaciones y recusaciones. El retardo no es denegación. Salvo que se prolongue indefinidamente. Ya hemos fallado en contra de la prolongación indefinida y también resolvimos pedir de manera concreta una aceleración del trámite, incluso aprovechando a fondo el horario.

–Los jueces suelen decir que no hay una legislación sobre el plazo de vigencia de una medida cautelar. La Corte, en mayo, dijo que una cautelar sin fin es como un fallo de fondo. ¿Sería conveniente para la Justicia que existiera una legislación sobre cautelares?

–Sería posible, en teoría, pero muy difícil. Las medidas cautelares rigen materias muy heterogéneas.

–Pero el criterio de la Corte es que la base de los fallos no sean las cautelares.

–No podemos tolerar que todo el Derecho se convierta en derecho cautelar.

–¿Qué sería un derecho cautelar?

–Un derecho por las dudas. Extendamos el campo de análisis. Si tenemos un 60 por ciento de procesados en las cárceles, quiere decir que también los tenemos por las dudas. En lugar de fallos, medidas por las dudas. No es conveniente. En materia civil, las cosas son distintas. Una medida cautelar tiene la ventaja de que existen medidas contracautelares.

–Unas medidas balancean a las otras.

–Sí. Pero eso no se puede trasladar así como así al Derecho Administrativo.

–¿Por qué?

–El Derecho Administrativo puramente cautelar puede parar la administración pública. Se necesitaría una regulación, pero no es fácil conseguirla. El problema aquí es que se trasladó un sistema de cautelares de la Justicia que trata sobre temas privados al plano del Derecho Administrativo. Eso es preocupante.

–¿Cuándo empezó ese traslado masivo de un fuero a otro?

–Hace muchos años. Antes, obtener una cautelar en Derecho Administrativo era difícil. Nada sencillo. En un momento se produjo una catarata de cautelares con motivo del corralito.

–O sea, decisiones judiciales posteriores a diciembre de 2001. Ya van más de diez años.

–Fue como una tormenta de verano de cautelares que siguió y terminó con una época en la que algunos temas se manejaban con más prudencia.

–Ya que apareció la palabra “prudencia”, ¿fue prudente la cámara de Nueva York que suspendió la aplicación del fallo del juez Thomas Griesa?

–Resolvió las cosas bastante bien. De todas formas, yo vengo insistiendo en que sería conveniente que hacia el futuro revisáramos la extensión de nuestra jurisdicción en beneficio de tribunales extranjeros. Hay que pensarlo en una eventual reforma constitucional o someter la jurisdicción a otros controles. Si no, es cesión de soberanía. Porque la jurisdicción es un atributo de soberanía. Claro, hay que hacerlo con la debida prudencia. Al contraer la deuda originaria y encima ceder jurisdicciones, esa prudencia no existió. La soberanía del pueblo es la fuente de los tres poderes del Estado.

–Hay una tensión entre la internacionalización y esa soberanía.

–Tensión hay, por supuesto, pero el sistema internacional funciona de esta manera. No hay internacionalmente un procedimiento para el caso de falencia de un Estado. Pero cuando hay un supuesto de falencia, se convoca a los acreedores. Eso se hace en todos lados. Griesa tendría que haber dicho que el 7 por ciento de los bonistas que en su momento no aceptaron ninguno de los dos canjes debería cobrar lo mismo que antes aceptó la mayoría. Si, al contrario, se acepta el criterio Griesa, nadie va a arreglar nunca más una deuda.

–¿En la Argentina o en el mundo?

–Hoy el tema de las deudas es mundial. Hay deudas astronómicas e impagables porque comprometen en muchos casos hasta más del PBI de un país. Si aparece un loco como Griesa y dice que el que no aceptó tiene que cobrar la totalidad, ya no se podrá resolver nunca una situación de falencia de un Estado. Eso alarma a todo el sistema financiero. Griesa no tiene sentido de la realidad económica.

–¿También es mala la vigencia de jurisdicción del Ciadi?

–Sí, también. Nos hemos comprometido a extensiones de jurisdicción y además nos sometemos a organismos donde sabemos el tipo de predominio que existe. Cuidado. De aquí en adelante, cuando alguien quiera ceder más soberanía, empecemos a enyesarles la mano a los que firman.

–En la presentación de los trabajos del Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema sobre homicidios dolosos difundidos el jueves último, el texto dice que “la República Argentina ha pasado por situaciones gravísimas de violencia institucional y social, pero en la actualidad no registra cifras alarmantes de criminalidad en relación con las de la región”.

–Si. También considero que es momento de comenzar a ocuparnos del daño real del delito, porque nadie puede prevenir lo que desconoce.

–Los datos del Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema sobre homicidios en Capital Federal, La Plata, San Martín, Tres de Febrero y José C. Paz dan el primer lugar a la riña o a la pelea como motivación del homicidio doloso.

–Sí, o un conflicto personal que no es intrafamiliar. Hay una hipótesis respecto de eso. Como se generan economías violentas de subsistencia en torno de las villas, muchos conflictos pueden estar provocados por estas economías de supervivencia relacionada con tóxicos. Pero puede haber otras explicaciones. Vamos a seguir trabajando con todo el Gran Buenos Aires para averiguarlo. Conseguimos la cooperación de las universidades del conurbano. Todas tienen carreras de ciencias sociales. Usemos todas las metodologías, entonces. Incluso el análisis cualitativo para entender las bases de la conflictividad.

–¿Una hipótesis de trabajo es que haya un fenómeno de control territorial y disputas con muertos por el narcotráfico?

–Exactamente. Es una de las hipótesis. Hay que entrar a ver en la investigación si se confirma o no la hipótesis. Pero cuando hablo de tóxicos hablo también de alcohol y de fenómenos cotidianos. Tanto en el 2010 como en el 2011 hay una alta incidencia de alcohol que se puede descubrir cuando avanza el año. En otro nivel de análisis, cuando comienzan los operativos de Gendarmería y Prefectura, los homicidios bajan.

En la ciudad de Buenos Aires los homicidios dolosos se concentran en barrios del Sur. En el departamento judicial de San Martín, según los datos del Instituto, en los barrios de emergencia.

–Sí. En el resto la incidencia del homicidio doloso es menor. En La Plata está un poco más distribuido porque La Plata no tiene grandes barrios de emergencia sino pequeños barrios de este tipo. Hay 14 municipios. La densidad de población es menor y hasta tiene zonas rurales.

–¿Las hipótesis de trabajo avanzaron en la forma de reducir los homicidios con móvil de pelea?

–Es obvio que hay que tomar medidas de prevención primaria. La urbanización. Meter pavimento, luz, policía, escuela, cloaca, agua potable. Mejorar construcciones. Desarrollar planes de vivienda. Y en cuanto a prevención secundaria, los datos muestras que cuando se mejoran los servicios hay un efecto positivo.

–El estudio revela que, como móvil de homicidio, el robo no es el principal.

–Bajó, sí. En la ciudad de Buenos Aires es muy claro. En los otros casos veremos. Pero la conclusión sobre la ubicación de los homicidios dolosos es muy clara: tenemos que reclamar que no haya homicidios de primera y homicidios de segunda. Concentrar la atención en las zonas criminógenas, que son las zonas de barrios de emergencia. El resto tiene un índice de homicidios que no es para festejar, porque nunca hay que ser superficial con este tema, pero representa tres homicidios dolosos por cada cien mil habitantes. Es el índice de Canadá o de Europa.

–Volvamos a la hipótesis de la territorialización del narco. Está el caso de los Estados del norte de México, o el de San Pablo.

–Es simplemente una hipótesis porque justamente veo lo que pasa en otras ciudades de América latina. En la Argentina, de todos modos, la incidencia sería mucho menor si se la compara con otros países. Pero insisto en las víctimas de primera y de segunda. En el índice, los extranjeros que son víctimas de homicidio doloso están por arriba del 33 por ciento en la ciudad de Buenos Aires. Cuando hablo de prevención primaria digo que en la medida en que vayamos reduciendo la exclusión social y avancemos con la urbanización, reduciremos el ejército de reserva para el reclutamiento de organizaciones ilícitas. Hoy, teniendo en cuenta que la ciudad de Buenos Aires tiene 160 mil habitantes de barrios precarios, no estamos frente a un número inabarcable si uno quiere hacer políticas públicas. Estamos perfectamente a tiempo para meterle con todo a la urbanización y a la prevención primaria. Y en el mientras tanto hay que mejorar la prevención secundaria.

–¿No empeora la situación de las fronteras el uso, por ejemplo, de la Gendarmería en zonas del Gran Buenos Aires o de la Capital Federal?

–No sé si el problema nuestro es de rutas. Hay que controlar aviones. La situación geopolítica no es tan grave respecto del tráfico. El tráfico hormiga hay que controlarlo, pero la clave es que no se genere una ruta alternativa a nivel internacional.

–¿La situación en Rosario, con los homicidios de los últimos meses, también revela enfrentamientos territoriales?

–El año pasado la Corte Suprema de Santa Fe hizo un relevamiento con cifras de 2010. El resultado era insólito. El índice de homicidios era mayor en Santa Fe que en Rosario. Algún criminólogo importante de la universidad del Litoral me lo explicó. Los villeros se matan entre ellos, no salen a matar gente por otro lado. La inundación de Santa Fe arrasó los barrios precarios, que estaban en terrenos bajos. Eso distribuyó la población en el resto de la ciudad y provocó una victimización en toda la ciudad. Inclusive lo hablé con el actual gobernador y me confirmó el diagnóstico. Por eso: basta de homicidios de primera y homicidios de segunda.

martin.granovsky@gmail.com

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24/09/2012

EUA e a Teoria da Dependência

EL PAIS › Exclusivo Página/12 en Estados Unidos

“EE.UU. IMPUSO A AMERICA LATINA UN MODELO QUE YA NO FUNCIONA”

Por Martín Granovsky

Erick Langer, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown, donde la Presidenta inaugurará el miércoles la Cátedra Argentina, critica el modelo neoliberal de los ’90 y advierte que Washington no ha tenido “aliados” en los países de la región, sino gobiernos “dependientes”

“El peronismo tiene la organización de base más fuerte en toda América latina”

En diálogo con Página/12, el director del Centro de Estudios Latinoamericanos donde funcionará la Cátedra Argentina que abrirá la Presidenta explica por qué habla quechua y las razones de la justicia social y los liderazgos políticos fuertes.

Por Martín Granovsky

Desde Nueva York

A los 57 años, nacido el 22 de mayo de 1955, Erick Langer es un historiador experto en América latina que dirige el influyente Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, en Washington. Langer aceptó hablar.

–Me parece muy interesante que el continente haya cambiado tanto en la última década y haya podido aprovechar desde el punto de vista económico un gran cambio mundial: la mayor presencia china.

–¿En qué aprovechó América latina a China en su opinión?

–China es un rival de los Estados Unidos que requiere materias primas de América latina. Eso contribuyó a que América latina pudiera enfrentar la crisis en mejores condiciones. No sin peligros, claro.

–¿Cuál sería el peligro?

–Que América latina no intensifique el proceso de elaboración de materias primas y siga exportando commodities. Es un desafío para todos los gobiernos de la región, sin excepciones. La ventaja es que a partir del 2000 América latina en general, y en particular Sudamérica, se liberaron de la dependencia respecto del modelo neoliberal de los Estados Unidos.

–¿En qué ve usted que ese modelo afectaba a la región?

–Creó un desasosiego de las clases medias y bajas en materia de distribución de la riqueza. Esa expresión no estaba, por supuesto, en el Consenso de Washington.

–El documento del Consenso exhortando a la desregulación y a desreglamentar la economía es de 1989. ¿No quedó nada?

–¿En la región? Prácticamente nada. Es un factor positivo para la región. –O sea: el crecimiento chino es un elemento positivo y la caída del Washington Consensus es otro punto bueno.

–Y le agrego un factor de peso: los Estados Unidos están muy preocupados por Medio Oriente y efectivamente no le han prestado mucha atención a América latina.

–Los académicos y los dirigentes políticos discuten siempre si eso es bueno o malo. Algunos sostienen que para América latina es mejor la situación cuando Washington se ocupa menos de ella.

–Bueno, en materia política hay un tema práctico a tener en cuenta. Le va a sonar casi redundante. Cuando Washington se ocupa menos, la injerencia es menor. La mayoría de las veces que los Estados Unidos pusieron la vista en otros sitios y no tanto en América latina, como en la Primera Guerra Mundial, la favorecida fue América latina. No pongo el ejemplo de la Segunda Guerra Mundial porque el fenómeno es mucho más complejo. Pero luego muchas veces el problema fue que los gobiernos del continente no fueron aliados de los Estados Unidos sino dependientes de Washington. No es lo mismo. Los Estados Unidos tenían el poder de imponerse. De imponer, incluso, un modelo que ya no funciona. Barack Obama se dio cuenta de eso, aunque su principal tema no sea América latina. Y antes de él, George Bush no estaba concentrado en América latina.

–Es decir que es bueno para la región que no haya una dedicación especial.

–¡Pero yo investigo América latina! ¿Usted quiere que me quede sin trabajo?

–Profesor, su curriculum en la parte de idiomas dice que habla quechua. ¿Dónde lo aprendió?

–En Stanford.

–¿Stanford, California?

–Exactamente. Ya me interesaba de antes la zona andina y después gracias al quechua pude hablar directamente en Bolivia para entrevistar a varios caciques andinos. Hace tiempo que no lo hablo, aunque lo entiendo bastante bien. ¿Sabe cuál es mi problema? ¿Con quién lo practico aquí?

–¿Por qué se interesó en la Sudamérica andina y en la zona del Chaco?

–Cuando era estudiante participé de un programa de intercambio y fui a Sucre. A un colegio jesuita. Me impactó de una forma tremenda vivir allá. Originalmente quería volver a Europa. Pasé en Alemania cinco años. Aquel viaje por Sudamérica fue increíble. Era junio, julio y agosto de 1973. Viajé por casi toda la región. Llegué a Chile cuando todavía estaba en el gobierno Salvador Allende. Estando en la Argentina, sólo de casualidad no fui uno de los presentes el 20 de junio de 1973, cuando volvió definitivamente Juan Domingo Perón. Me salvé de los tiros porque había decidido ir a Ezeiza y a último momento me llamaron unos amigos de Córdoba. Recorrí todo. Al Che Guevara lo habían matado poco tiempo antes.

–Claro, lo mataron en Bolivia en 1967, sólo seis años antes de su viaje. De su propio “Diario de motocicleta”. ¿Hasta dónde llegó?

–Hasta Medellín. De ahí volví en avión a los Estados Unidos. En Sucre y luego a través de mis investigaciones indagué en la resistencia campesina a lo que se podía llamar, grosso modo, la modernización. Para mí fue fascinante. Los investigadores no suelen tomar como objeto de estudio las regiones en declive sino en crecimiento. Hacen mal, porque es muy interesante. Yo traté de ver cómo se portaba la gente cuando todo iba peor y qué cambios sucedían, por ejemplo, de fines del siglo XIX al siglo XX, por el paso de la minería de la plata con centro en Potosí a la minería del estaño, que favoreció más al norte que al sur. El próximo proyecto incorporará el comercio en el norte de la Argentina, que investigué mucho en los últimos años. En el siglo XIX no había aún fronteras nacionales efectivas. Las fronteras económicas iban mucho más allá. Pensar en unidades nacionales en el siglo XIX es perder algunas perspectivas, como la de Bolivia, y no entender bien las relaciones y los cruces con el norte argentino, el chileno y el sur peruano. En ese momento me interesaron los chiriguanos. Pero ya mi tesis estaba avanzada y resolví dejar el tema para más adelante. Es gracioso, porque terminé publicando un libro 20 años después.

–Vi el título. Traducido sería Esperando peras del olmo: las misiones franciscanas en la frontera chiriguana en el corazón de Sudamérica, 1830-1949.

–Léalo, por favor. Espero que demuestre una madurez que antes no tenía como historiador. Mire, en aquel entonces ni se usaba la palabra “guaraní”. En el primer capítulo demuestro que el poder militar estaba a favor de los chiriguanos, y que con ese poder podían sacar el excedente de la sociedad criolla. En muchos casos fueron más poderosos que los propios criollos.

–Y todo por la rareza del intercambio en Sucre. Es una hermosísima ciudad poco conocida.

–Mejor que no la conozcan. Deje a Sucre así. Cuando me jubile quiero mudarme a Sucre y vivir en el casco viejo.

–Profesor, volvamos de los chiriguanos a los sudamericanos de hoy. ¿Usted comparte la visión que muestra, desde el punto de vista político, varias Sudaméricas ubicadas en extremos opuestos?

–Me parece que no hay una división tan tajante porque los procesos son muy parecidos. Tomemos de nuevo en consideración algunas realidades. Antes los chinos pensaban en Sudamérica como Chile porque los chilenos habían sido muy efectivos en venderse en China. Es decir que, en última instancia, no fueron tan diferentes a como terminaron siendo los demás, ¿no es cierto? En la actualidad Sudamérica tiene una realidad estable. Es una realidad común. Pero también, con sus diferencias, la protesta es un hábito común. Hay protestas antigubernamentales, más allá de los contenidos, en la Argentina, en Chile y en México. Y da la sensación de que a veces es difícil encasillar cada cosa como de derecha o de izquierda.

–¿Piensa también en la Argentina?

–Claro. A un gobierno de peronistas es difícil definirlo como de izquierda o de derecha. Hay un proceso político único a lo largo de la historia que no encaja muy bien en esos términos. Hablo desde la formación del peronismo. Juan Perón estaba muy convencido de los no alineados. El justicialismo es una mezcla de muchas ideologías. Aun hoy es difícil definir a los Kirchner como de izquierda y quedarse en eso como toda explicación. El peronismo tiene una organización de base mucho más fuerte que cualquier otro partido político en toda América latina y puede arrasar en las urnas. Se organiza muy bien. Recogió la herencia y la retórica de cuidar a los obreros, que es muy importante. Veamos una diferencia con mi país. En los Estados Unidos no existe una izquierda. Sí existe una derecha. En ese sentido, hoy la Argentina está volviendo a un cauce natural. Carlos Menem obviamente fue peronista pero tenía otras características y fue una excepción en esa trayectoria.

–Es justo la época del Consenso de Washington, que resumió las experiencias prácticas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

–Sí, la década del ’90.

–Usted decía que hablar de izquierda o derecha no agota un análisis. ¿Y la noción de populismo lo satisface como concepto?

–Tampoco alcanza. Es muy difícil definir qué es populismo. Dicho ahora, es distinto de cuando un investigador lo aplicaba en los años ’30 o ’40, una época muy ligada al comienzo de las etapas de sustitución de importaciones industriales. Hoy puede haber experiencias de sustitución, pero siempre la base es la búsqueda de un tipo de relación con la economía mundial. Lo que sí se podría rescatar, y hay una herencia muy larga de Juan Manuel de Rosas en adelante, es la importancia que puede tener un jefe político que sea un personaje carismático. Esto hace que la política pueda volverse muy personalista. Ahí sí tendríamos una característica populista. De todos modos, la clave es si se trasponen o no los límites de la democracia. Mientras la oposición pueda ganar (si lo hace o no, es otro tema) está todo bien. No hablo sólo de la Argentina. Pasa en todos los países.

–¿Los opositores tienen la misma característica en todos lados?

–No. Pero sí hay un elemento común: la oposición está muy desorganizada en todos los países donde hay líderes fuertes.

–¿Hay líderes fuertes porque no hay oposición organizada o hay oposición desorganizada por la existencia de liderazgos fuertes?

–El populismo tiene una virtud y una desventaja: abarca muchas corrientes políticas. Y esas diferentes corrientes se manifiestan en el líder. En cambio la oposición no tiene muchos intereses en común y entonces las diversas corrientes no se unen. La única excepción debe ser Venezuela, donde la Mesa de Unidad Democrática se pudo unir frente a Hugo Chávez. Pero inclusive allí hay que ver si ganan. Y aun si ganaran habría que ver si podrían seguir unificados, porque están incorporando tendencias políticas diametralmente opuestas.

–¿Está haciendo un pronóstico electoral sobre el duelo entre Hugo Chávez y Henrique Capriles en las presidenciales del 7 de octubre?

–No me dedico a los pronósticos ni a especular. Es un campo ajeno al mío. A mí, como historiador, me resulta más fácil analizar hacia atrás que dedicarme a decir qué pasará en el futuro. Si supiera el resultado de las elecciones en Venezuela, quizá tendría otra profesión y quién sabe si no estaría más cerca de vivir en mi casita de Sucre.

–Bien. Lo dejo en el pasado. ¿Qué otro momento de la Argentina vivió, además del ’73 y la vuelta de Perón?

–Fui becario de la Fullbright en el 2000. Gobernaba Fernando de la Rúa. Vi la caída, con el corralito y el drama social. Y después se produjo la extraordinaria recuperación económica que ustedes experimentaron. De todos modos, hoy me parece que hay que observar mucho la velocidad relativamente menor de crecimiento de la economía china y evaluar si América latina es capaz de saltar hacia otro modelo que en el futuro no la haga depender de la venta de materias primas. No sé si usted sabe que, cuando conversan en privado, muchos dirigentes chinos equiparan a América latina con Africa.

–¿En qué se basan?

–En las perspectivas de utilización económica. No entienden las diferencias enormes. América latina es otro mundo, distinto de Africa. Pero eso piensan muchos dirigentes chinos.

–¿Por qué estuvo de acuerdo en crear la Cátedra Argentina?

–El embajador Jorge Argüello vino y me lo propuso. Me pareció bien. Pensamos en establecer un espacio académico porque nos parecía que la Argentina es un país sumamente importante en América latina. La Cátedra Argentina será una forma constructiva de poner la Argentina en el tapete para que la gente en Washington se dé cuenta de la complejidad del país. Para mejorar las relaciones es necesario mejorar la difusión y el conocimiento. El desconocimiento crea problemas. Es un proyecto de largo alcance. Esa Cátedra Argentina debe durar muchos años y no depender de la administración política de turno. Por eso necesitamos recursos. El mismo embajador me decía que él quería que siguiera adelante. Brasil ha ganado un gran espacio en Washington. Es lógico. Brasil está creciendo y tiene importancia mundial. Pero hay países tan importantes como Brasil y nuestro objetivo es mantener en pantalla también a la Argentina.

–¿Quiénes deberían mirar esa pantalla?

–Los estudiantes, por supuesto, y toda la comunidad académica. Pero, aún más allá, el conjunto de latinoamericanistas, de expertos en América latina, y funcionarios y dirigentes. Que conozcan más la Argentina y la tomen en cuenta, porque es importante para mantener buenas relaciones en América latina y el Cono Sur en general.

–¿Desde cuándo está en la Universidad de Georgetown?

–Desde 1999. Era el único latinoamericanista con una cátedra y no podía conseguir estudiantes graduados. Ahora tengo varios estudiantes de doctorado. Quería meterme en esto. Georgetown es más conocida como universidad que otras y tiene un componente de comunidad universitaria que me atrajo mucho.

–Su libro sobre los chiriguanos está relacionado con una misión franciscana. Pero usted trabaja en una universidad con tradición de estar ligada a la Compañía de Jesús.

–Aunque le agrego un dato: en los últimos diez años por primera vez en la historia de Georgetown no hay un presidente jesuita. Su presencia física disminuyó. Su espíritu es muy importante, porque se trata de una cultura universitaria que le presta atención al ser humano total, lo cual no se da en otras universidades. Para un profesor con trayectoria eso es apasionante. Todos enseñamos a los estudiantes, tanto de pregrado como de posgrado. También somos una universidad de investigación. Y no dejamos de lado el componente de justicia social. Trabajando sobre el tema de los movimientos indígenas me pareció que podía formar parte de un equipo que tuviera interés en temas de justicia social.

–Es uno de los temas comunes de Sudamérica.

–Sí. Se debe en buena medida a las críticas y los problemas del modelo neoliberal anterior, basado en el enriquecimiento de uno por sobre los demás. Un modelo que a la larga no funciona. Es una lucha que, como se habrá dado cuenta, también libramos en los Estados Unidos. Hay dos posiciones muy diferentes sobre cómo debería ser el Estado y a quiénes debería favorecer.

–El candidato republicano Mitt Romney acaba de reivindicar el principio de dejar a una parte de la población librada a su suerte.

–El famoso comentario sobre el 47 por ciento que depende del Estado. La libertad económica para todos está muy bien. Pero los mercados por sí mismos no alcanzan. Hace falta un Estado que regule para que los más poderosos y ricos no puedan aprovecharse de todo el resto.

martin.granovsky@gmail.com

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06/08/2012

El Mercosur cambió de Estado

Filed under: Martín Granovsky,Mercosur — Gilmar Crestani @ 8:44 am

Por Martín Granovsky

Venezuela y el Mercosur tienen cuatro años por delante para adaptarse a una nueva etapa. Durante 21 años, de 1991 a 2012, fueron un cuarteto integrado por una economía gigante (Brasil), la segunda más grande de Sudamérica (la Argentina) y dos países pequeños como Paraguay y Uruguay. Desde el 31 de julio último, día de la incorporación plena de Venezuela, son un quinteto que ya tiene dentro suyo a una de las dos economías de las cuatro más importantes de la región. La otra es Colombia.

¿Funcionará o no funcionará el nuevo Mercosur? ¿Será realmente nuevo? ¿Qué sucederá cuando Paraguay recupere todos sus derechos, de los que ha sido parcialmente suspendido, quizás tras sus elecciones presidenciales de abril?

Cada uno tiene derecho a pensar escenarios e imaginar pronósticos. Pero quizás sea más útil analizar una hipótesis: al sumar una economía grande como la de Venezuela en condiciones de sintonía política internacional entre la Argentina y Brasil, ambos países parecen haber apostado a una fórmula más parecida a la de 1985, cuando dio un salto hacia adelante la integración entre los dos, que a la de 1991. En el ‘91 el acuerdo de creación del Mercosur fue firmado por gobiernos que hacían profesión de fe del libre mercado, la desregulación, la privatización de todo lo que se moviera, la desreglamentación y la vida fundada en la absorción de capitales externos.

Desde 1985, con José Sarney allí y Raúl Alfonsín aquí, Brasilia y Buenos Aires intercambiaron información nuclear como prueba de confianza, se comprometieron juntos en la suerte de una América latina que vivía su última crisis derivada de la Guerra Fría, la de América Central, y comenzaron a planificar la integración de sectores económicos sobre la base de protocolos administrados por ambos Estados. La industria automotriz fue uno de esos sectores.

El Mercosur de Carlos Menem, Fernando Collor de Mello, Fernando Henrique Cardoso o Luis Lacalle supuso, en cambio, un reflejo de la era ultraliberal, una baja en la intensidad de la relación política y un vacío de Estados activos.

La situación recién se modificó con la llegada al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el 1° de enero de 2003, y Néstor Kirchner, el 25 de mayo del mismo año. Hugo Chávez ya gobernaba desde 1999 y más tarde se añadirían regímenes de reforma con inclusión en Bolivia, Uruguay y Ecuador. La nueva época tenía algo en común: con todas sus diferencias, los países habían sufrido una crisis de ideas, políticas y estrategias de empobrecimiento de cuño similar. Y algo más: en todos los casos el nuevo reformismo rescató al Estado como actor.

Este año el semanario inglés The Economist organizó un debate abierto en su página web. Dos expertos dispararon la polémica sobre la existencia y la conveniencia de un nuevo capitalismo de Estado desde posturas diferentes. El economista Aldo Musacchio, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, resumió así su idea: “El capitalismo de Estado en el siglo XXI es una forma híbrida de capitalismo que impulsa a las empresas a la primera línea de las 500 de Fortune”. Le respondió Ian Bremmer, experto en riesgo político y fundador y presidente de Eurasia Group. Esta fue su síntesis: “El primer objetivo del capitalismo estatal no es producir riqueza sino asegurar que la creación de riqueza no amenace a las élites gobernantes que detentan el poder”.

El moderador, Adrian Wooldridge, enmarcó el debate en el crecimiento chino y en la pregunta sobre si el mundo pasaría de un capitalismo liberal a un capitalismo de Estado. Al resumir la postura crítica de Bremmer, dijo Wooldrigde que los ejemplos de capitalismo de Estado que daba el experto en riesgo son autocracias. No sólo China sino también Rusia y varios países árabes entrarían en ese modelo. “Democracias liberales como Brasil pueden adoptar algunos aspectos del capitalismo de Estado –como apoyar a sus campeones nacionales– pero se trata esencialmente de economías de mercado”, citaba el moderador. El ejemplo de aspecto de capitalismo de Estado adoptado por Brasil sería, según Bremmer, la poderosísima Petrobras, que integra el ranking de las empresas más fuertes del mundo. El campeón nacional privado a sostener, la minera Vale.

El moderador opinaba que, del mismo modo en que hay distintas variantes de capitalismo liberal, también hay variantes del capitalismo de Estado, “desde el modelo autocrático chino al más liberal de Brasil”.

Musacchio escribió que el capitalismo de Estado es distinto del que rigió mediante nacionalizaciones entre la segunda posguerra y la década de 1980. Y eso por tres motivos.

Primer motivo: los países que tenían sistemas fuertes de capitalismo de Estado fueron más resistentes a la crisis de 2008-2009. “China, India y Brasil pudieron evitar una recesión severa gracias, en parte, a la capacidad de sus gobiernos de desplegar recursos a través de los bancos estatales y de empresas cuyo propietario es el Estado”.

Segundo motivo: el capitalismo estatal de hoy tiene la característica de que los gobiernos se dieron cuenta de que empresas rentables fortalecen el Estado. Compiten internacionalmente, tienen gerentes profesionales, son transparentes y admiten el monitoreo.

Tercer motivo: muchas veces el Estado es accionista minoritario más que propietario y gerente. Esto filtra problemas habituales, para Musacchio, como “la falta de orientación comercial, la ausencia de incentivos fuertes y la influencia de la política en el management corporativo”.

Musacchio acepta que los campeones nacionales con apoyo estatal –empresas con ventajas arancelarias o impositivas– pueden llevar a que el Estado sea acusado de darles ventajas no caballerescas. Es el caso de grandes firmas coreanas que hoy lideran franjas de patentamiento. Pero se pregunta: “¿No es precisamente eso lo que hicieron los países ricos cuando todavía eran naciones emergentes?”.

Como además de debatir los lectores podían votar, lo hicieron. Y el resultado fue asombroso. Ganó Bremmer por el 61 por ciento frente a Musacchio, que obtuvo 39 por ciento. ¿Qué es lo asombroso? Que The Economist es una revista conservadora, y entonces ese 39 por ciento resulta más significativo que el número mismo. Marca, tal vez, un clima de época. El mismo Wooldridge, en su comentario final, recomendaba tener cuidado en el análisis, porque a su juicio quizás muchos de los que votaron por el capitalismo liberal lo hicieron por una idea (a poca gente le gusta verse emparentada con una autocracia) pero al mismo tiempo el capitalismo de Estado es una práctica cada vez más común.

Más allá de sus resultados finales, la configuración del Mercosur dispuesta el 31 de julio parece insertarse en esa práctica.

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Página/12 :: El país :: El Mercosur cambió de Estado

19/07/2012

Con toda la energía en Sudamérica

Filed under: Hugo Chávez,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 9:33 am

Imagen: EFE

Por Martín Granovsky

El presidente venezolano y candidato a la reelección Hugo Chávez dijo que estará presente el 31 de julio en Brasil cuando se formalice la entrada de su país como socio pleno del Mercosur. Con elecciones el 7 de octubre, un Chávez con cáncer necesita mostrarse todo lo activo que el físico le permita para dejar el menor espacio posible al principal candidato opositor, Henrique Capriles. Según informó Consultores Venezolanos de Opinión Pública, el 61,9 por ciento votará por Chávez. La consultora Interlaces indicó a fines de junio que Chávez tenía el 52 por ciento de intención de voto contra el 31 de Capriles. En cambio la empresa Consultores 21 da un empate técnico, con Chávez en un 45,9 y Capriles en un 45,8 por ciento. Es verdad que otra encuesta da 55,4 a Capriles y 44,96 a Chávez, pero se trata de preguntas formuladas a sus clientes por Choferes de Camionetas Negras, una rama de Taxis de Venezuela. Pero acaso los resultados deban poner feliz a Chávez por su 44,96 por ciento. El universo abarca a la clase media alta, porque las camionetas negras son las que trasladan pasajeros desde y hacia el aeropuerto.

Naturalmente, las elecciones de octubre no figuraron de modo explícito en el anuncio de Chávez sobre el viaje a Brasil. “Es una maravilla, una bendición la incorporación de Venezuela, y el Mercosur se abre al Caribe. El bloque tendrá una de las mayores reservas de gas, petróleo y de agua de todo el continente. La integración y el fortalecimiento del Mercosur que había entrado en un proceso de debilitamiento peligroso es una ganancia para todos.”

Aunque Bolivia no es miembro pleno del Mercosur, la integración energética es una de las claves de Sudamérica. Ayer mismo el gas le puso el tono a la visita de la Presidenta a Cochabamba. “Van a ser casi 6.000.000 de metros cúbicos más entre 2012 y 2013”, recordó el ministro de Planificación Julio De Vido. “La Argentina va a ser demandante en forma creciente del gas boliviano, hasta llegar a ese volumen de 27.700.000 de los que habló la Presidenta.”

La incorporación de Venezuela como miembro pleno fue acordada por los gobiernos de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en 2006. Nunca se concretó porque de las ocho cámaras legislativas, una, el Senado paraguayo, jamás votó la ratificación, en una virtual bolilla negra a la entrada de Venezuela. En su última cumbre en Mendoza, el 29 de junio, los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Pepe Mujica acordaron la suspensión de Paraguay de las reuniones de alto nivel en castigo por la destitución del presidente Fernando Lugo. También quedaron en que Venezuela se integraría plenamente. La letra jurídica más precisa del arreglo todavía está bajo negociación entre las tres cancillerías.

De los tres países en pleno uso de sus derechos, el caso de Venezuela hizo más ruido en Uruguay. Danilo Astori, vicepresidente de Mujica y ex ministro de Economía de Tabaré Vázquez, el presidente frenteamplista del período 2005-2010, escribió una columna en el portal Uypress. Opinó que “el retroceso más grande y más grave que ha sufrido el Mercosur en toda su compleja historia es que ahora la única institucionalidad válida no es la de los tratados, no es la de los mecanismos que nos protegen a todos, y requirieron largas y trabajosas negociaciones”, sino que “ahora dependemos de las decisiones de los presidentes de los países”. Al replicar el argumento de la herida grave Mujica dijo que “no es nada letal”. Añadió: “Letal es como estábamos antes. Hace 20 años que decimos que el Mercosur no marcha y si no marcha hay que cambiarlo. ¿Queremos un Mercosur para seguirlo criticando? No”.

De todas maneras, tal como informó ayer este diario, la discusión central de Uruguay en estos días no es Venezuela sino Pluna. Mujica decidió cerrar la compañía por la catástrofe presupuestaria. Astori reconoció en carta pública que se equivocó, como ministro de Tabaré, cuando para salvar Pluna después de “una desastrosa gestión de Varig” permitió la asociación del Estado con Leadgate, un fondo presidido por el financista argentino Matías Campiani. En una carta abierta, Astori aprovechó el momento para mostrar la homogeneidad del Frente Amplio versus la oposición blanca y colorada. “Sobre mis compañeros, encabezados por el presidente Mujica y los ministros Pintado y Lorenzo, quiero decir que me enorgullece compartir con ellos la tarea de gobernar y de hacer política”, escribió. Enrique Pintado es ministro de Transporte y Obras Públicas. Fernando Lorenzo es el ministro de Economía.

Con el ruido en Uruguay aquietado por ruidos mayores, el proceso de entrada de Venezuela cuenta con un marco fluido. El ex vicecanciller de Lula y ex director del Mercosur, Samuel Pinheiro Guimaraes, escribió en el portal Carta Maior que “el ingreso de Venezuela al Mercosur tendría cuatro consecuencias: dificultar la ‘remoción’ del presidente Chávez a través de un golpe de Estado; impedir la eventual reincorporación de Venezuela y de su enorme potencial económico y energético a la economía norteamericana; fortalecer el Mercosur y tornarlo todavía más atrayente para la adhesión de otros países de América del Sur; dificultar el permanente proyecto estadounidense de creación de un área de libre comercio en América latina, ahora por la eventual ‘fusión’ de los acuerdos bilaterales de comercio, de los cuales el acuerdo de la Alianza del Pacífico es un ejemplo”. Esa alianza une a México, Colombia, Perú (lo firmó Alan García antes de la asunción de Ollanta Humala) y Chile. Los cuatro países tienen acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos.

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17/06/2012

Una mullida Sudamérica para recostarse

Filed under: Argentina,Brasil,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 11:11 am

Por Martín Granovsky

En su discurso ante el Comité de Descolonización, la Presidenta evitó el exitismo. No dijo en ningún momento que el eventual comienzo de negociaciones con el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas ocurrirá pronto. Más bien lo supeditó a tres cosas: los títulos argentinos, la comprensión internacional del tema y el apoyo regional creciente. La palabra “regional” se traduce, hoy, como “sudamericano”.

¿En qué Sudamérica se recuesta la Argentina para conseguir el inicio de tratativas con Londres? ¿En qué Sudamérica busca apoyarse para que el huracán internacional afecte lo menos posible al país?

– En Brasil, la presidenta Dilma Rousseff acaba de lanzar un plan anticíclico para contrarrestar la crisis mundial. No ajusta, sino todo lo contrario. Busca expandir inversiones. La medida más reciente es una línea de créditos del Banco Nacional de Desarrollo por 10 mil millones de dólares para obras de infraestructura a cargo de los gobiernos estaduales. El Tesoro nacional también autorizará a los gobernadores a que aumenten su nivel de endeudamiento. El gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro, dijo que su Estado recibirá 237 millones de dólares antes de fin de año.

– Los emprendimientos mixtos entre los Estados y las empresas privadas serán premiados con exenciones impositivas.

– Brasil celebrará elecciones municipales en octubre. La campaña se abre el mes que viene y el Partido de los Trabajadores junto con sus aliados quieren reforzar su poder territorial en tanto que añaden la esquiva intendencia de San Pablo.

– En una audiencia con los atletas que van a participar de los Juegos Olímpicos de Londres, Dilma dijo que el Producto Bruto Interno también recibirá una medalla. “Estamos haciendo precalentamiento”, explicó sonriente y moviéndose. En el primer trimestre del año la economía brasileña creció sólo un 0,2 por ciento en comparación con los tres últimos meses de 2011. La previsión del Gobierno es una recuperación en el segundo semestre para arañar o en el mejor de los casos superar apenas un 3 por ciento, lo que daría un piso para un crecimiento del 4,5 por ciento en 2013.

– Fiel a su palabra de que no recortará gastos sociales, Dilma anunció que el Ministerio de Salud recibirá 110 millones de dólares complementarios en el presupuesto, para la implementación de más sistemas públicos de cloacas en municipios de hasta 50 mil habitantes. La ferrovía Norte-Sur contará con 60 millones de dólares adicionales.

– Parte de la nueva infraestuctura tiene un aliciente en la celebración de la Copa Mundial de Fútbol en Brasil para 2014. Dilma ya promulgó una ley general en la que, de paso, otorga descuentos del 50 por ciento a estudiantes, mayores de 60 o beneficiarios de programas sociales al tiempo que asegura el control del marketing al Instituto Nacional de la Propiedad Industrial.

– Tanto el horizonte de la Copa del Mundo como el anuncio del crédito disponible para los Estados apuntan a fortalecer la inversión pública y mandar un mensaje de optimismo a los inversores privados. El ministro de Economía, Guido Mantega, quien se mostró muy preocupado por la crisis europea y sus efectos mundiales, dijo que cesó la entrada especulativa de capitales a Brasil y anunció que el gobierno reducirá la tasa impuesta para inmovilizar los flujos golondrina de divisas. Mantega dijo que el objetivo es que las empresas puedan conseguir fondos en el exterior.

– Para dejar en claro qué quiere cuidar Brasil, Dilma destacó “las inversiones que vienen siendo efectuadas en nuevos buques patrulla para propiciar el aumento de la presencia del Estado en aguas jurisdiccionales donde se sitúa la mayor parte de nuestras reservas de petróleo y gas”. Habló de la cuenca del río Amazonas y de los 7491 kilómetros de costa. “Nuestro papel en la preservación de la paz depende de la capacidad disuasiva de Brasil”, dijo.

– Los países de Unasur acordaron hace 15 días la fabricación conjunta de un avión de entrenamiento. Participará la fábrica militar de aviones de Córdoba.

– Igual que la Argentina y Venezuela, Brasilia y Caracas realizan gestos cada más frecuentes de sintonía. Desde 2003 el flujo comercial entre los dos países se quintuplicó, hasta alcanzar los 5860 millones de dólares en 2011. Los cancilleres Nicolás Maduro y Antonio Patriota crearon una comisión estratégica para la relación bilateral, que contemplará sobre todo la integración energética. El 7 de octubre hay elecciones presidenciales en Venezuela para el mandato 2013-2019 y el Partido de los Trabajadores, que lidera la coalición gobernante en Brasil, hizo explícito el apoyo al oficialismo que comanda Hugo Chávez.

– Chávez lanzó el martes último su candidatura con un discurso de tres horas. “Venimos de milagro en milagro y estoy seguro de que con la ayuda de Dios seguiremos viviendo y seguiremos venciendo”, dijo tanto en alusión a su cáncer como a las elecciones que disputará con Henrique Capriles.

– Alí Rodríguez, dirigente clave de Venezuela, pluriministro y ex presidente de la Organización de Países Productores de Petróleo, estrenó su cargo como secretario ejecutivo de la Unión Suramericana de Naciones. Es el mismo puesto que ocupó Néstor Kirchner hasta su muerte, cuando fue sucedido por la ex canciller colombiana María Emma Mejía. Los presidentes de Unasur habían previsto que Mejía sería secretaria un año y Rodríguez otro año. El acuerdo se produjo poco después de que Colombia y Venezuela estuvieran a punto de entrar en guerra, en 2010, cuando Kirchner terminó mediando entre Chávez y un entonces flamante presidente Juan Manuel Santos. Como brasileños y argentinos, Alí Rodríguez suele sostener que Sudamérica debe defender sus recursos en un mundo ávido de energía, alimentos y agua.

– Los presidentes sudamericanos, entre ellos Cristina Fernández de Kirchner, que viajará a Brasil después de Nueva York y México, quieren aprovechar la conferencia mundial sobre medio ambiente de Río+20, esta semana, para plantear la necesidad de una relación entre preservación de la naturaleza y niveles mayores de justicia social. Por lo pronto, el ex presidente Lula ya anunció que el martes participará de las actividades oficiales a nivel de jefes de Estado. El lunes pasado el diario británico The Guardian dijo que Brasil merece un asiento permanente si se reforma el Consejo de Seguridad de la ONU y señaló que “Lula es la reencarnación de Franklin Delano Roosevelt”, por el presidente de los Estados Unidos que lideró la salida de la crisis del ’30 con mayor intervencionismo estatal.

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13/06/2012

Las Malvinas son argentinas; los malvados, britânicos

Filed under: Império Colonial,Malvinas,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 8:06 am

 

Malvinas calientes

Por Martín Granovsky

Mañana, a 30 años exactos de la rendición de Mario Benjamín Menéndez ante Jeremy Moore en Malvinas, la Presidenta hará un gesto inusual: hablará ella misma ante el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas. El ritual es común. La novedad es que el discurso siempre corrió por cuenta del embajador ante la ONU o del canciller y no de quien ocupara la Presidencia de la Nación.

El gobierno británico también prepara un gesto fuera de lo común. Ayer el primer ministro conservador David Cameron anunció que apoyará el llamado de los habitantes de Malvinas a un referéndum sobre la soberanía en 2013. Pero lo más importante, al menos según la información del diario The Guardian, es que el llamado a consulta popular fue acordado entre los isleños y el Foreign Office, la cancillería británica.

Cameron buscó reforzar la doctrina británica según la cual los residentes en las islas tienen derecho a la autodeterminación. Expresarse en un referéndum sería, así, un modo de reforzar el criterio de Londres: no hay ninguna razón para suponer que el año que viene una mayoría de isleños voten en favor de la pertenencia a la Argentina.

La visita de Cristina Fernández de Kirchner a la ONU, donde volverá en septiembre cuando se celebre la Asamblea General, y el impulso de Cameron al referéndum marcan el diseño de los dos gobiernos para el 2013. La Argentina se propone conmemorar los 180 años del momento en que el Reino Unido ocupó las Malvinas. Los británicos se dedicarán, entre tanto, a un referéndum de final cantado.

Según Cameron, la Argentina quiere “cercenar la capacidad de los isleños de hablar por sí mismos y castigarlos por ejercitar su derecho a elegir”.

“Eso explica por qué los isleños tienen el derecho de procurar que su voz se escuche otra vez más, y Gran Bretaña apoyará resueltamente su elección”, dijo.

En una referencia a la victoria en la guerra, recordó que hace 30 años “los isleños dejaron claro que querían seguir siendo británicos, y ésa es la razón por la que las fuerzas británicas liberaron valientemente las islas de los invasores argentinos”.

Cuando la Presidenta habla de la guerra se ocupa de evitar la reivindicación militarista. Suele rendir homenaje a los muertos y recordar que fue una dictadura la que decidió el desembarco. También acostumbra subrayar que la Argentina no piensa recuperar las islas por otro medio que la negociación diplomática. Sobre el papel de los isleños, la posición tradicional del Estado argentino, sólo interrumpida entre 1991 y 1999 por iniciativa del presidente Carlos Menem y su canciller Guido Di Tella, es que sus intereses deben ser atendidos. Sus intereses y no sus deseos. En otras palabras, que la Argentina desempeñaría un rol tutelar sobre los residentes en las islas.

Como la pelea diplomática será larga –el Reino Unido está aposentado en Gibraltar desde 1713 y no entregó el peñón a España a pesar de que ambos países son socios de la Unión Europea–, cada parte trabaja para calentar el clima, acumular consenso interno y apoyo exterior. Lo primero está garantizado. En el segundo aspecto la Argentina buscó hacerse fuerte en América latina y sus anillos de pertenencia más cercanos, Sudamérica a través de Unasur y el Mercosur, que integra junto con Brasil, Paraguay y Uruguay. El recurso argumental consiste en sostener que el conflicto de Malvinas está teñido hoy por la preservación de recursos como el petróleo. La apuesta es que Brasil refuerce medidas de apoyo si observa que la preservación en Malvinas va en paralelo al cuidado sobre la exploración y la explotación de petróleo en el Atlántico Sur en general. La estrella de Petrobras es el presal, el conjunto de reservas ubicado en el mar a una profundidad que llega a los siete mil metros, por debajo de una capa de sal que alcanza a veces los dos mil metros de espesor.

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Página/12 :: El país :: Malvinas calientes

10/06/2012

Mercadante com Granovsky

Filed under: Aloizio Mercadante,Argentina,Brasil,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 11:07 am

Imagen: Guadalupe Lombardo

EL MUNDO › DIALOGO CON ALOIZIO MERCADANTE, MINISTRO BRASILEÑO DE EDUCACION

“La Argentina y Brasil pueden enfrentar la crisis”

Dirigente clave del Partido de los Trabajadores y miembro del gabinete de Dilma Rousseff, Mercadante habló con Página/12 del huracán mundial, dijo que Brasil seguirá creciendo y apostó a una mayor integración.

Por Martín Granovsky

Visitó Buenos Aires para una reunión de ministros de Educación del Mercosur. Economista y cofundador del Partido de los Trabajadores, Aloizio Mercadante, 58, economista, fue candidato a vicepresidente con Lula en 1994, diputado, senador por San Pablo, jefe de la bancada oficialista en el Senado en los ocho años de Lula, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación con Dilma y ahora ocupa la cartera educativa. Dio una conferencia en la Universidad de Tres de Febrero y luego aceptó dialogar con Página/12.

“La Argentina y Brasil están en condiciones de enfrentar la crisis mundial porque pueden desplegar políticas anticíclicas como el aumento del gasto y la inversión, incluso en medio de la turbulencia que agita al mundo”, dijo.

–¿Cuál es la estimación de crecimiento para 2012 y para 2013?

–Para este año un cálculo realista indica que estaremos entre un tres y un tres y medio por ciento. Esto es porque la situación mejorará en el segundo semestre debido a la baja de tasa de interés, a la competitividad mayor y la baja de importaciones, a las exenciones impositivas y a la política más agresiva de compras públicas. Nuestro objetivo es superar el año que viene una tasa de crecimiento del 4 por ciento.

El análisis de Mercadante es que América latina crecerá, pero sufrirá en parte los efectos de la desaceleración mundial. De todos modos, el cuadro de situación que explicó en la Argentina incluye algunos matices que compensan el costado más negro de la crisis:

– “Los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) crecieron a una media del 5,6 por ciento entre 2008, cuando se desató la crisis de Lehman Brothers, y 2011. En el mismo período los Estados Unidos llegaron sólo al 0,2 por ciento, Europa cero y América latina en particular 3,3.”

– “La crisis afecta a los países de manera diferenciada.”

– “Los países desarrollados tienen menor espacio para una política anticíclica, que compense los efectos de la crisis, porque la tasa de interés ya es muy baja y la deuda es alta. Según el Fondo Monetario Internacional, Japón terminará el año con 235,8 por ciento de deuda líquida del sector público respecto del PBI, mientras que en Brasil el porcentaje es del 37,5 por ciento.”

– “Brasil vivió una etapa de nacionaldesarrollismo desde la década de 1950. Desde 2003, cuando asumió Lula, estamos viviendo una etapa de nuevo desarrollismo. Se caracteriza por un compromiso con la estabilidad, con el control de la inflación como prioridad estratégica, con un límite al endeudamiento que nos transformó en acreedores del Fondo Monetario por seis mil millones de dólares que le prestamos, con el cuidado para evitar el efecto de las crisis cíclicas, con la alternancia en el poder que hizo que, por ejemplo, Dilma se presentara después de dos períodos de Lula, con una democracia en la que un valor es saber esperar, con el cambio de política exterior hacia la vertiente Sur-Sur que fortaleció la relación con la Argentina, con los vecinos y con el continente africano. También un compromiso con el aumento de reservas y con el mantenimiento de un encaje financiero especial para casos de crisis aguda.”

– “Ninguna corrección económica puede hacerse sobre la base de vulnerar los derechos de los trabajadores y sus condiciones de empleo.”

– “Uno de los objetivos de la política científica es que la investigación se convierta cada vez más en patentes y más patentes. Miré mucho el caso chino. Empezaron copiando, después crearon y ahora compiten con las primeras marcas de otros países.”

– “Lula no tiene título universitario, pero creó 14 universidades y 214 centros de enseñanza técnica.”

– “La ola privatizadora en Brasil no llegó ni a Petrobras ni al Banco Nacional de Desarrollo y tampoco a la Caja Económica Federal. El Bndes hoy dispone de créditos por 160 mil millones de dólares. Más que el Banco Mundial. Si no se puede crecer tanto hacia afuera hay que crecer más hacia adentro.”

–¿El crecimiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil significa que su país impulsará el Banco del Sur?

–Acompañé a la presidenta Dilma a reuniones de Unasur y me consta el compromiso de compartir políticas conjuntas de financiamiento. Hay una fuerte decisión política al respecto y se manifiesta a todo nivel, tanto en Unasur como en el plano de los Brics. La crisis mundial puede agravarse, pero no por ello debemos perder nuestros objetivos de integración. Como acompañamiento para seguir estos temas vamos a crear un instituto del Mercosur en Brasil y otro en la Argentina.

–En octubre hay elecciones municipales. ¿Cómo es la estrategia del Partido de los Trabajadores?

–Según las encuestas de estos días, el PT tiene un tercio de las preferencias electorales, mientras que ningún otro partido llega al 10 por ciento. Por un lado, hay que tener en cuenta que las elecciones municipales tienen una dinámica local. Las elecciones locales son específicas, porque también las alianzas lo son, y obviamente los liderazgos. Por otro lado, Dilma y Lula tienen un prestigio popular muy fuerte. Dilma, por ejemplo, es más popular de lo que era Lula al año y medio de gobierno, y mucho más aún que Fernando Henrique Cardoso en el mismo período.

–¿Y en la intendencia de San Pablo?

–Nuestro candidato es Fernando Haddad, ministro de Educación de Lula y Dilma entre 2005 y 2012. Yo lo reemplacé. Es una figura pública que nunca disputó una elección e irá con una alianza de izquierda junto con el Partido Socialista Brasileño de Eduardo Campos, el gobernador de Pernambuco, y el Partido Comunista de Brasil. La disputa es con el Partido Socialdemócrata Brasileño, que tiene la intendencia y la gobernación del Estado desde hace mucho tiempo.

–José Serra es el candidato. Pero ya fue intendente.

–Sí. Renunció en 2005 para enfrentar a Lula en 2006 y perdió. En 2010 perdió contra Dilma. También fue gobernador del Estado de San Pablo. Lo interesante es que para lograr la candidatura a intendente, este año, Serra obtuvo sólo un 52 por ciento. Teniendo en cuenta que antes fue dos veces candidato a presidente, intendente y gobernador de San Pablo, ese 52 por ciento es poco, lo cual revelaría que hay cierta fatiga de materiales. De todos modos, no hay que descuidarse porque la elección es reñida.

–¿Qué ventaja tiene Ha-ddad?

–Es lo nuevo. Será clave lo que suceda a partir de julio, cuando se habiliten los espacios gratuitos de televisión que nos permitirán hacer más conocido a nuestro candidato.

–Cuando el PT la proclamó, en febrero de 2010, Dilma tampoco era conocida. ¿Cuáles son los números actuales de Serra y de Haddad?

–Serra tiene 98 por ciento de conocimiento, una intención de voto del 31 por ciento y un rechazo del 41 por ciento.

–El rechazo es alto, ¿no?

–Sí. Haddad aún tiene un nivel de conocimiento muy bajo, pero no genera rechazo personal. O sea que disponemos de un gran potencial de crecimiento.

–Con Lula, 40 millones de personas se incorporaron al mercado y se hicieron presentes para el Estado. Muchos de ellos integran una nueva clase media. ¿Cómo es el comportamiento electoral previsible de este nuevo sector y cómo es la previsión del PT sobre la clase media típica de San Pablo?

–La ciudad de San Pablo tiene una gran crisis de movilidad urbana. También hay una fuerte demanda de salud pública y de política educacional. Estas son demandas de la población en general, pero en especial son las mejoras que pide la clase media emergente. Por eso el debate programático será importante. Agreguemos algo: Dilma tiene en la clase media un nivel de penetración que Lula nunca tuvo. Es una militante histórica que disputó una elección por primera vez cuando fue electa presidenta y se convirtió en una gran novedad. Dilma tiene apoyo alto y rechazo bajo.

–El economista Luiz Gonzaga Belluzo dijo a este diario en enero que la política del gobierno brasileño en medio de la crisis mundial consistiría en compensar una eventual baja en la inversión privada con mayores niveles de inversión pública. ¿Está en marcha esa política?

–Dilma produjo cambios importantes. El Banco Central bajó la tasa de interés de referencia, la Selic, la tasa de cambio fue modificada para ayudar a una mayor competitividad y ahora el gobierno federal está introduciendo una política de exención fiscal por sectores. El objetivo es mejorar las perspectivas de inversión sobre todo en franjas productivas relacionadas con la aplicación de tecnología. Como la carga impositiva ya era muy elevada, había margen para reducir selectivamente impuestos en el marco de una política anticíclica. Y, a la vez, podemos reducir impuestos porque bajamos las tasas de interés y generamos disponibilidad de fondos por 40 mil millones de reales (alrededor de 20 mil millones de dólares). Aprovechamos la crisis para mejorar, no para empeorar. Otra parte de la estrategia anticíclica es el cambio en la orientación de las compras públicas.

–¿Cómo funciona?

–Dilma encomendó a los ministerios una política de compras públicas diferente. Por ejemplo, en Educación tenemos un programa de ampliación del transporte escolar. Pensábamos comprar tres mil ómnibus. En lugar de reducir las compras, vamos a comprar el doble. En la inversión pública todavía afrontamos restricciones institucionales muy severas, como trámites muy complejos para licitar obras públicas. Un ejemplo: estamos realizando una inversión fuerte en guarderías y jardines de infantes. Pero una intendencia demora seis meses para licitar y dos años para construir. Así se pasa el tiempo y el niño sigue sin guardería. Por eso estamos implementando licitaciones electrónicas y formas premoldeadas de construcción. Queremos que las cosas mejoren rápido.

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15/04/2012

Radiografia de um torturador

Filed under: Argentina,Ditadura,Martín Granovsky,Tortura — Gilmar Crestani @ 8:47 am

Não temos um jornalista da coragem de Martín Granovsky para radiografar os “nossos” torturadores. No Brasil os jornalistas parecem contagiados pela Síndrome de Estocolmo.

“Hoy te agarró un dios facho”

Radiografía de un torturador. Cómo era y de qué modo actuaba Ernesto “Nabo” Barreiro, el oficial de Inteligencia clave en la Semana Santa de hace 25 años que está preso en Campo de Mayo y que, como Videla, también dio su versión a Reato.

Por Martín Granovsky

Fue un oficial de Inteligencia del Ejército, Ernesto “Nabo” Barreiro, el que protagonizó hace 25 años la rebelión ante la Justicia Civil que fue parte del plan de alzamiento de Aldo Rico en la Semana Santa de 1987: ese acto de rebeldía debía ser la chispa para provocar el incendio.

Beneficiado por la Ley de Obediencia Debida en 1987, Barreiro terminó huyendo del país en 2004. Como mintió a Migraciones de los Estados Unidos al decir que no tenía proceso alguno en la Argentina, fue deportado y hoy está preso en Campo de Mayo. Espera el juicio por su actuación en el centro clandestino de La Perla, en Córdoba. Según cuenta Ceferino Reato en su libro sobre Jorge Rafael Videla Disposición final, Barreiro respondió preguntas suyas por escrito. Dijo que, una vez terminado el curso de Inteligencia, llegó a Córdoba en diciembre de 1975 como teniente primero. Texto de Barreiro: “Eran una ciudad y una sociedad de vanguardia, con una fuerte presencia del sindicalismo revolucionario. Era impresionante. Con el hito del Cordobazo se creó una mística revolucionaria. Había también grupos civiles de derecha operando por izquierda”.

En lo que parece un anticipo de la defensa que esgrimirá en juicio, el texto enviado a Reato, actual director de Fortuna y ex asesor de prensa de Esteban Caselli en la embajada ante el Vaticano, dice que “nuestro gran mérito fue estar en contra de la tortura”, una frase quizá contradictoria con una anterior: “La principal forma de obtención de información no fue la picana”. Aunque tal vez la frase no sea tan contradictoria: decir que la picana no fue la forma principal permite suponer la admisión de que sí constituyó una de las formas de conseguir datos.

A La Perla, dicen las respuestas de Barreiro cuya autenticidad seguramente pedirá la Justicia, “los de Inteligencia íbamos muy seguido a obtener información de los detenidos y a cotejar datos”. Según Barreiro, La Perla no era un centro clandestino sino secreto. Y agrega: “En Inteligencia buscábamos reconstruir la orgánica de cada organización político-militar, de cada grupo armado. La cosa fue muy quirúrgica, muy precisa, obviamente para evitar errores, por razones de orden moral y también de orden político. Nos costó un gran esfuerzo saber quién ocupaba cada casillero. Nunca hubo en La Perla más de cincuenta personas por vez, que iban rotando. Algunas eran ‘trasladadas’, otras pasaban a disposición del Poder Ejecutivo nacional. Nosotros no sabíamos qué pasaba con cada de- saparecido, el cómo de cada caso lo sabía Sasiaiñ. También Menéndez, a quien no se le escapaba una mosca en materia de hacer cosas que no se podían, por izquierda. Menéndez sabe el destino final de los desaparecidos”.

Juan Bautista Sasiaiñ, ya muerto, dependía de Luciano Benjamín Menéndez, el poderoso jefe del Tercer Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba que sigue acumulando condenas por crímenes de lesa humanidad.

“Nosotros no hacíamos los operativos”, dice Barreiro. En la Justicia se encontrará con el testimonio de Teresa Meschiati, una de las víctimas de La Perla que sobrevivió para documentar el terror en Córdoba.

“Tina, te secuestró el Comando Libertadores de América”, citó Meschiati a Barreiro en diálogo con Página/12. Revistaba en Montoneros y había acudido a las tres de la tarde del 25 de septiembre de 1976 a lo que se llamaba “una cita pinchada”, o sea interferida por las fuerzas de la represión. “Fueron 30 tipos un sábado en las calles Patria y 24, frente a la iglesia San Ramón Nonato.” Le dijeron, mirando la iglesia: “Hoy no es el Dios montonero, hoy te agarró un Dios facho”.

A Teresa, Tina, la torturaron. Sabía poco, dice, porque había atenuado la militancia para dedicarse a cuidar en sus primeros meses a Gustavo, su hijo que, a los 36, vive en Suiza. Por eso cuenta que disponía de poca información. De cualquier forma la catalogaron inicialmente con el color negro. También había secuestrados con gris y con blanco. “El negro significaba pozo, la muerte.”

“Vos sos pozo, Tina”, cuenta que le decía Barreiro, quien se ocupó de ella porque describe que así era el sistema. Un represor tenía a cargo al secuestrado. “Hablaba mucho con él. Varias veces me dijeron que me iban a matar. Venían a la reja y me decían: ‘Tina, hoy matamos a cinco’. Había muchos procedimientos y camiones.”

Nabo se mostraba despreciativo y superior. Racista, nacionalista de extrema derecha, integraba el reducido grupo de decisiones en La Perla. “Barreiro tuvo que ver con cada caso mientras estuvo en La Perla. En un mes la mayoría iba al pozo, porque se suponía que ya no tenía sentido tener o no tener a alguien allí después de ese tiempo.”

Incluso estuvo relacionado, según Teresa Meschiati, con el secuestro de los empresarios de Macentor, de Córdoba, llevados a La Perla y alojados entre los biombos que separaban a unos secuestrados de otros.

“La Perla era como la universidad de la represión. Por eso Barreiro iba. Y él mismo contaba allí que ellos se habían movilizado en 1975 con cartelones que decían Dios, Patria, Hogar.”

Barreiro hablaba con los cuadros más altos de Montoneros. “Nunca se salvó en La Perla un oficial”, dijo Teresa. “Y mataban a todo aquel que hubiera ido a Cuba.” Meschiati, que dice no haberlo tratado nunca de usted, un día le reprochó que vistieran a secuestrados de verde para maniobras de pinzas en la calle. Le preguntó si para ellos el uniforme no era una identidad como la bandera. “Vos no entendés nada de política, Tina”, dijo Teresa que le dijo Barreiro.

Y otra vez relató que su estructura política funcionaba por tríos donde había discusión política.

Combinado con la inteligencia militar o parte de ésta desde un comienzo, el Comando Libertadores de América estuvo relacionado con la masacre de la familia Pujadas, antes del golpe militar.

Testimonio de Meschiati a Página/12: “Barreiro hablaba con vos como si tuviera asco. Nunca les di información. Yo decidía por mí. Evidentemente él siguió su carrera, como otros que se creyeron los salvadores de la patria y pensaron que tendrían ganada para siempre una medalla de honor para ascender sin límites. Pero les salió el tiro por la culata. Después de la sublevación de Semana Santa Barreiro fue asesor político de Aldo Rico. Barreiro y los otros que estaban en su grupo en La Perla tenían una idea corporativa y elitista de la sociedad, pero de eso no hablaban con muchos detalles cuando se acercaban a los secuestrados, de tarde. Parece raro que contaran cosas pero no es tan raro. Qué problema había en que nos contaran historias si total éramos muertos que sólo estaríamos con vida por un tiempo”.

Teresa ya testimonió en el proceso a Menéndez que llevó adelante Martín Fresneda, de Hijos. “Si no te tocó morir, tu tarea es contar”, dijo.

Algo alcanzó a contar el 24 de marzo de 2007 a Néstor Kirchner cuando el entonces presidente fue al sitio donde había estado La Perla. Le habló de Juan Carlos Conocchiari, un amigo a quien Kirchner había protegido en La Plata, guardándolo de la represión, y que había terminado cayendo en manos de la patota.

Tina puede contar pero no entrar en un campo. Fue tres veces a La Perla porque era necesario, “pero no quiero ir más, no me banco”. Dijo a este diario que “incluso de lejos es como si sintiera los gemidos”. Tampoco fue a la Escuela de Mecánica de la Armada y, durante el exilio en Suiza, leyó testimonios sobre campos de concentración pero no pudo visitar personalmente ninguno.

El 24 de marzo, después de la marcha en Plaza de Mayo, después de haber mirado los carteles con fotos de los desaparecidos, terminó con 18 de presión. “Testimoniar es mi tarea, la función que me impuse, mi deber. Pero recordar más allá de eso me cuesta. Tengo que ir al chino, a la feria, darles de comer a los gatos, escribirle a mi hijo.”

Uno de sus objetivos es, también, dar con el paradero de los cuerpos de los asesinados, porque en La Perla no se encontraron restos. Contó que una vez le dijo a Radio Vaticano que “tenemos derecho de enterrar cristianamente a los nuestros, a llevarles una flor” y que ése sigue siendo un compromiso que la llevó a aceptar una participación activa, como querellante, en los juicios a los miembros del Destacamento de Inteligencia 141 de Córdoba. Uno de ellos, Barreiro.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: El país :: “Hoy te agarró un dios facho”

05/03/2012

Menos ortodoxia, menos pobres

Filed under: Economia,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 7:46 am

Por Martín Granovsky

La ortodoxia económica se lleva bien con la pobreza: la aumenta. Y la heterodoxia, mal: la reduce. Eso es lo que se desprende de un estudio del Banco Mundial destacado en la última edición del semanario inglés The Economist. Desde que el Banco Mundial comenzó a medir la pobreza, en 1981, por primera vez registró un descenso en las cifras mundiales. ¿Las razones? Sobre todo bajó la pobreza en China. Pero también jugaron a favor los planes sociales de Sudamérica.

La línea de pobreza extrema que toma el Grupo de Investigación sobre el De-sarrollo del Banco Mundial es la de quienes vivían con menos de 1,25 dólar con los precios de los alimentos al nivel de 2005. Los investigadores aclaran que no debe confundirse este nivel de pobreza con los criterios de los países ricos.

Las mediciones fueron realizadas cuando ya se había iniciado la crisis financiera y de aumento de precio de los alimentos de septiembre de 2008, simbolizada en la caída de la firma Lehman Brothers.

Según The Economist, las estimaciones para 2010 son todavía parciales. Pero según el Banco Mundial, incluso con ese nivel de provisoriedad en los datos, en 2010 el nivel de pobreza global fue la mitad que en 1990. Esto implicaría que la crisis de 2008-2010 no afectó el descenso de la pobreza, que en un 50 por ciento se debe sólo a la extinción de los pobres más pobres en China.

Las cifras de China son realmente chinas. Grandes números. Desde 1981, 660 millones de personas dejaron la extrema pobreza.

Africa es una novedad. La pobreza subió en cada trienio entre 1981 y 2005. Pero en 2008 bajó en 12 millones de personas, cinco puntos porcentuales que llevaron el índice de pobreza al 47, por ciento. Dice el Banco Mundial que por primera vez, menos de la mitad de los africanos vive por debajo de la línea de pobreza.

América y Asia central revirtieron la tendencia a que hubiera más pobres en sus poblaciones.

Para The Economist, el fenómeno refleja “el éxito de largo plazo de China, el impacto de los programas sociales en América latina y el reciente crecimiento económico de Africa”. Y atención al párrafo que sigue, porque está incluido en una revista conservadora: “También es el resultado de procesos de expansión fiscal contracíclico en el que muchos países en desarrollo, y especialmente China, se embarcaron como respuesta a la crisis de 2007-2008”. Más aún: “Muchos economistas (incluidos muchos dentro del propio Banco Mundial) se mostraron escépticos ante esos programas, porque temían que serían inflacionarios e ineficientes. (Pero) los programas ayudaron a que los países pobres y de ingresos medios se hicieran más resilientes”.

La resiliencia es un término usado en ingeniería y en psicología. Describe la adaptación de los cuerpos a fuertes tensiones o cómo el ser humano se sobrepone al dolor.

El término fue usado en el mismo sentido que el Banco Mundial por la Comisión Económica para América Latina. La Cepal, que depende de la Organización de las Naciones Unidas, dijo a través de su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena: “Los países de la región muestran una resiliencia en las variables sociales que no se había registrado en crisis precedentes”.

La reducción de la pobreza comenzó significativamente en 2003. En 2009, por única vez desde aquel momento, por la crisis internacional aumentó un décimo de punto porcentual, de 33 a 33,1 por ciento. De 2008 a 2009 los países de la región, según la Cepal, habían reducido sus niveles. En Brasil, del 25,8 al 25,9 por ciento. En Paraguay, del 58,2 al 56. En República Dominicana, del 44,3 al 41,1. En Uruguay, del 14 al 10,7 por ciento. Si se toma el trienio 2006-2009, en la Argentina cayó del 21 a 11,3 por ciento y en Chile, de 13,7 a 11,5 por ciento.

Los porcentajes globales de mejora en América latina no fueron mejores por el aumento en Costa Rica, Ecuador y México. En este último país, que no aplicó las políticas contracíclicas descriptas por el Banco Mundial, el aumento fue de 31,7 por ciento en 2006 a 34,8 por ciento en 2008.

La Cepal registró que entre 2002 y 2009 cayó la pobreza infantil, pero alertó que de todos modos la miseria entre los más chicos es proporcionalmente mayor.

Para los técnicos del organismo es buena noticia que el gasto público social haya crecido notoriamente entre 1990 y 2008, de 445 a 880 dólares por persona.

En línea con el plan Bolsa Familia de Brasil o la Asignación Universal por Hijo de la Argentina, el objetivo regional debería ser el combate a lo que llama “reproducción intergeneracional de la desigualdad”. Para eso los Estados deberían tomar o profundizar transferencias monetarias a los hogares con chicos menores de 14, financiar “políticas que cubran los costos corrientes de incorporar a quienes no están cubiertos por servicios educativos y de cuidado (0 a 17 años)” y transferencias “relacionadas con los servicios de empleo y formación que se orienten directamente a los jóvenes en procesos de emancipación de la vida adulta (15 a 24 años)”. Los planes de triple impacto podrían mejorar la nutrición, la salud, el acceso a la educación preescolar, el apoyo a que los chicos progresen en el sistema educativo y el estímulo a que terminen la secundaria.

De ortodoxia, nada.

martin.granovsky@gmail.com

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02/03/2012

Cartas nuevas en el tablero de Malvinas

Filed under: Argentina,Império Colonial,Malvinas,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 7:24 am

CFK dijo que el tema Malvinas “no es de derecha o izquierda, sino de todos los argentinos”. E, acrescento, de todos os sul-americanos que lutam contra o imperialismo colonial.

Imagen: Joaquín Salguero

EL PAIS › EL GOBIERNO PROPONDRA QUE AEROLINEAS VUELE DESDE BUENOS AIRES A LAS ISLAS TRES VECES POR SEMANA

Cartas nuevas en el tablero de Malvinas

La Presidenta dedicó el tramo final de su discurso a Malvinas. Anunció que buscará renegociar los vuelos y que irá en persona a la reunión anual del Comité de Descolonización en junio próximo. Qué significa la nueva movida diplomática.

Por Martín Granovsky

Decidida a tomar Malvinas como uno de los ejes de su segundo gobierno, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció en su discurso una movida diplomática y una jugada que dará énfasis a la estrategia que viene desplegando. La movida diplomática es el anuncio de que quiere negociar con Londres tres vuelos semanales a las islas, desde Buenos Aires y por Aerolíneas. El énfasis es que ella en persona, y no sólo el canciller como ocurre habitualmente, es quien viajará a la reunión anual del Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas.

La movida diplomática tendrá un efecto concreto y varios pasos posibles. Por lo pronto, sacudirá un tablero que en los aspectos bilaterales estuvo quieto en los últimos cuatro años, por la negativa de Londres a negociar la soberanía y por la falta incluso de representante de la Argentina en el Reino Unido. La nueva embajadora, Alicia Castro, será instruida para renegociar el convenio firmado por el Estado argentino en 1999, sobre vuelos a las islas.

El acuerdo autorizó entonces dos vuelos diarios de Lan Chile, la empresa privada chilena. Fue uno de los resultados de la visita de Carlos Menem al Reino Unido, en 1998, la primera tras la normalización de relaciones diplomáticas entre los dos países luego de la guerra.

Otro mundo. Por un lado, Aerolíneas era una empresa privada luego de su desnacionalización por parte del propio Menem. Por otro lado, la postura del canciller Guido Di Tella consistía en desarrollar acuerdos en pesca y petróleo con el Reino Unido poniendo mientras tanto bajo un paraguas la cuestión de la soberanía. La tesis del paraguas tenía un implícito: cualquier medida que se avanzara en conjunto no significa para un Estado la aceptación de títulos de soberanía del otro. Para el tándem Menem-Di Tella, según lo argumentaban en esos años tanto el presidente como su canciller, la soberanía estaría más cercana si la Argentina firmaba como parte en cuestiones de exploración y explotación de recursos. Al mismo tiempo estaba en marcha la política que fue conocida como de seducción de los isleños.

En rigor, hasta el 2 de abril de 1982, cuando las Fuerzas Armadas decidieron cambiar la tradición de reclamo pacífico por el desembarco militar, los gobiernos argentinos se habían mostrado cooperativos con los habitantes de Malvinas. Como antes de la guerra se trataba de una colonia de residentes modestos y el presupuesto de la Corona era bajo, recurrían al continente para internarse de urgencia, para enviar correspondencia o para aprovechar la habilidad con el inglés y las clavijas de las operadoras internacionales de ENTel.

El tema de los isleños y su derecho a mantener la forma de vida nunca estuvo en discusión. El debate tradicional es si diplomáticamente valen sus deseos o no. Si valen, son parte en una eventual negociación, así sea como quien veta por una bolilla negra en última instancia. Si los deseos no tienen traducción diplomática, quedan los intereses, que hoy son tutelados por Londres y que la Constitución argentina promete tutelar cuando cambie la soberanía. Para la Argentina los isleños no son un sujeto en condiciones de negociar o plantear exigencias de manera directa. Para el Reino Unido tampoco, pero igual que en Gibraltar utiliza a menudo el argumento de que los isleños tienen derecho a la autodeterminación. Está claro que si el Foreign Office lo dice es porque los isleños parecen determinados a seguir siendo parte de la Corona británica.

El Derecho Internacional marca que una victoria bélica no da derechos de posesión, o sea que no puede validar lo inválido, de modo que la derrota militar consumada el 14 de junio de 1982 no cambia la legitimidad del reclamo argentino confirmada por la Organización de las Naciones Unidas desde que en 1965, como lo recordó ayer la Presidenta, el gobierno de Arturo Illia obtuvo la resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU, que señala la posesión de Malvinas como resabio colonial e insta a negociar.

Pero lo que sí hizo la derrota de 1982, además de su carga inútil de víctimas, fue poner más peso en la mochila de los gobiernos democráticos que vendrían después, obligados a buscar una vía para retomar una negociación por la soberanía que hasta 1981, y con todas sus vueltas, avanzaba de manera extraoficial y discreta.

Cristina apuntó ayer a quitar del paisaje político la noción de unas islas pobladas de pastores. Informó que sobre tres habitantes, uno es militar.

La oferta de negociar vuelos busca, desde el Gobierno, quitar el argumento de que la Argentina quiere perjudicar a los isleños.

Pero, a la vez, abre una serie de posibilidades y enigmas nuevos en la cuestión de las Malvinas.

¿Londres aceptará negociar sobre vuelos?

¿Qué papel jugará en la discusión el reciente pedido de la ministra de Industria, Débora Giorgi, que sugirió a los industriales las bondades de no proveerse de insumos británicos?

¿El Gobierno utilizó esa sugerencia como otro modo de incluir más temas en la agenda para que hubiera luego cosas nuevas para negociar?

¿Cómo influirá en la discusión con el Reino Unido el hecho de que Aerolíneas sea ahora, literalmente, por la propiedad estatal, una línea argentina de bandera?

¿Cómo transcurrirán las negociaciones con Chile y cuál será, además de la vecindad y la conveniencia mutua, la moneda de cambio para la posibilidad de que Lan suspenda los vuelos desde Punta Arenas?

¿Los vuelos de Aerolíneas desde Buenos Aires harían escala en Río Gallegos, la capital santacruceña que como recordó ayer la Presidenta está a poco más de 700 kilómetros de las islas?

¿Y los pasaportes serán tema de una mesa de discusión?

De paso: ¿la Argentina planteará la renegociación del sistema de vuelos también bajo el sistema del paraguas que, se supone, no implica la concesión de derechos de soberanía a la otra parte?

Las respuestas irán apareciendo con tiempo. Quien imagine el proceso negociador de Malvinas como un episodio frenético se equivoca. El Reino Unido ocupa las islas desde enero de 1833 y aún no negoció oficialmente la soberanía. Lo mismo ocurre con Gibraltar, dominio británico desde antes: 1713.

El Gobierno, más bien, trata de acumular apoyos dentro y fuera de la Argentina. La Presidenta viene insistiendo en que el litigio de Malvinas es una causa nacional, regional y global. El primer punto no tiene discusión. Para completar el segundo sólo falta que se terminen los vuelos a las islas desde Chile. Ya el reclamo de soberanía fue asumido como propio por el Mercosur, que decidió prohibir que sus puertos se conviertan en atracadero de barcos con bandera de las islas, por Unasur y por el Consejo de Estados de América latina y el Caribe.

Como informó este diario el lunes, a través de filtraciones obtenidas de Wikileaks, cables de inteligencia revelan que Brasil apoya la exigencia argentina de soberanía porque no quiere una superpotencia en el Atlántico Sur cuando Petrobras ya se convirtió en un gigante mundial.

La pelea global, de la que Brasil es una pata clave porque figura entre las diez economías más importantes del mundo, es la más difícil. En buena medida por eso Cristina sigue buscando el escenario de la ONU. Igual que el año pasado, en septiembre próximo el tema será parte importante de su discurso. Su participación en junio oficiará de anticipo. Habitualmente son los cancilleres los que encabezan la delegación argentina en el Comité de Descolonización de la ONU. Haber elevado el perfil con la decisión de ir en persona revela su intención de darle más impacto.

Muy pronto estará el resultado de las recomendaciones de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa, con la ayuda de Augusto Rattenbach, que está revisando si el Gobierno puede dar a conocer completos el Informe Rattenbach y sus anexos.

El paso será interno y, por lo que ya se conoce del informe, la difusión oficial tiene el sabor de un antídoto contra una visión militarista de la cuestión Malvinas.

Y en un mes exacto habrá otra fecha de las redondas: treinta años del 2 de abril, día del desembarco resuelto por Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo. Un feriado sin sentido democrático ni relación con el reclamo de soberanía. Lo instauró la dictadura, lo anuló el gobierno de Raúl Alfonsín y lo repusieron Fernando de la Rúa y su ministro de Defensa Ricardo López Murphy. Una trampa de los dinosaurios.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: El país :: Cartas nuevas en el tablero de Malvinas

30/01/2012

“Para Brasil la Argentina es un problema bueno”

Filed under: Argentina,Brasil,Marco Aurélio Garcia,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 9:28 am

EL PAIS › Reportaje exclusivo a Marco Aurelio Garcia

“LA ASOCIACION ENTRE ARGENTINA Y BRASIL ES FUNDAMENTAL PARA LAS DOS ECONOMIAS”

Por Martín Granovsky

El asesor presidencial brasileño, mano derecha de Dilma Rousseff en la política internacional, habla con Página/12 del estado de las relaciones con Argentina, incluidos los problemas comerciales, de los intentos de separar a Dilma de Lula y de los planes para regular los medios audiovisuales en Brasil

“Para Brasil la Argentina es un problema bueno”

El consejero de Dilma, y durante ocho años consejero de Lula, dijo a Página/12 que los problemas comerciales no merman la intensidad de la relación entre la Argentina y Brasil, dijo que hay ardides para separar a Lula de Dilma y planteó qué quiere hacer Brasilia para regular los medios audiovisuales.

Por Martín Granovsky

Desde Porto Alegre

Historiador, experto en política internacional, militante y dirigente del Partido de los Trabajadores, Marco Aurélio Garcia fue uno de los funcionarios de Dilma Rousseff que participaron de los debates del Fórum Social Temático “Crisis capitalista, justicia social y ambiental” en Porto Alegre, que por otra parte es su ciudad natal.

–Según fue publicado por algunos medios, el ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, comentó las restricciones argentinas a algunas importaciones y dijo que las relaciones económicas con la Argentina eran “un problema”.

–Si vamos a encuadrar la realidad en clave de problema voy a decir algo: la Argentina es un problema bueno para Brasil. Porque en la vida de los Estados hay problemas que son buenos. Si hablamos sólo de comercio, la Argentina es un gran socio comercial de Brasil y Brasil es un gran socio comercial de la Argentina. Los dos ganan. Claro que hay problemas derivados de desequilibrios y que hay que saber cómo corregirlos. Pero también existen aspectos de difícil corrección. Hay que saber acostumbrarse a su existencia. No sé exactamente en qué circunstancias habló Pimentel, qué palabras utilizó y cuál fue el contexto exacto de lo que dijo. Pero lo conozco a él, sé lo que piensa y, sobre todo, es público lo que piensa la presidenta. Ninguna declaración significa, ni de parte del gobierno ni de Pimentel, un intento de desechar la importancia de nuestra asociación: es absolutamente fundamental para las dos economías y para el equilibrio de América del Sur. Imaginemos que por alguna razón hipotética no lleguemos a una unidad sudamericana. Eso puede pasar o no. Pero lo que es seguro es que sin unidad entre Brasil y la Argentina no la tendremos.

–¿Son importantes, como obstáculos, los mecanismos que traban de hecho algunas importaciones?

–Son elementos que pueden perturbar, pero nuestras relaciones no disminuyen en intensidad por ellos. Tenemos diferencias de tamaño, de complejidad de nuestras economías, que no son ni responsabilidad del gobierno actual de Brasil ni culpa del gobierno actual de la Argentina, y hablo en términos generales. No son responsabilidad de nuestros actuales ciclos de gobierno. La Argentina pasó por un larguísimo tiempo de desindustrialización derivada de políticas aplicadas, para decirlo de un modo sintético, desde 1955 hasta la crisis del Plan de Convertibilidad. Después comenzó el esfuerzo de resolver no sólo la crisis económica sino el de tratar de diseñar, también, un proyecto nacional de desarrollo. No son sólo dificultades para nosotros, sino problemas y desafíos para la Argentina. Y debo aclarar que por suerte la Argentina decidió reindustrializarse. Resolvió aprovechar la potencia industrial que se fue perdiendo bajo gobiernos de sesgo distinto, pero que en términos generales aplicaron fórmulas de liberalismo económico muchas veces combinadas con un superautoritarismo político.

–Más allá de las invocaciones a los libertadores y a la tradición de los pueblos, que son muy importantes, ¿en qué consistiría hoy la unidad de Sudamérica?

–Hoy día es básicamente un proyecto de integración que dé fuerza a las grandes potencialidades. Estamos hablando de grandes ofertas al mundo en materia de energía, de alimentos, de minería, de un gran mercado de trabajo, de biodiversidad, de más de un tercio de las reservas de agua del mundo, de gran diversidad climática y geográfica y de valores a primera vista inmateriales: la democracia, con gobiernos elegidos por el pueblo, y la paz. No tenemos situaciones de conflictividad importantes. Los problemas de frontera que puedan existir son pequeños y se resuelven por vía diplomática. América del Sur puede presentarse al mundo como una región privilegiada. Crece, distribuye ingreso, tiene, grosso modo, equilibro macroeconómico y es democrática. Eso no es poco, ¿no?

–¿Es cierto que el gobierno de Dilma es antagónico con los de Lula?

–Ese es el ardid ideológico de la oposición, que está muy mermada en Brasil. El gobierno de Dilma es un gobierno distinto, y debe serlo, como Lula Dos, que comenzó en 2007, fue distinto de Lula Uno, iniciado en 2003. En todos los casos hubo condiciones preexistentes. Dilma hoy puede ir más adelante que Lula. Y Lula mismo, Lula Dos, fue más adelante que Lula Uno. El ardid no es muy original. En la Argentina también se usa o se usó. ¿Cristina hizo un gobierno distinto al de Néstor Kirchner? Por supuesto. No existen los mimetismos personales. ¿Y el gobierno actual de Cristina no será, acaso, distinto de su primer gobierno? Naturalmente. Si hubo una inflexión positiva de Dilma en todos los casos se debió al trabajo de preparación preexistente. En economía y en política exterior, por ejemplo.

–¿Qué cambios hubo en política exterior?

–Pequeñas modificaciones, porque el contenido de la política exterior se mantuvo. Los pequeños cambios son consecuencia de las novedades de la situación mundial. Dilma tuvo que prestarle más atención a la situación económica internacional porque sufrió un deterioro que amenaza no sólo a Brasil sino también al orden global.

–Un estereotipo que puede leerse a veces en algunos medios brasileños es que el gobierno de Lula era corrupto y el de Dilma no. O que Brasil es un país corrupto.

–No creo que sea más corrupto que otros. El lector puede hacer la comparación leyendo la prensa inglesa, la francesa o la latinoamericana. Cuando hubo fueron situaciones muy especiales y siempre fueron tratadas en forma enérgica, tanto por Lula como por Dilma. También hay un ardid que consiste en tratar de separar a Dilma de Lula. Tengo una idea sobre eso: es un prejuicio de clase. Para muchos es insoportable que un metalúrgico haya sido el líder del cambio. No votaron a Dilma, pero ahora prefieren ponerle a ella el crédito de lo que anda bien desde el 1º de enero de 2003.

–¿Y por qué?

–Porque es universitaria y no tornera. El ardid es tonto, porque más bien que Dilma no establece diferencias. Y además el ardid olvida que en Energía y después en la Jefatura de la Casa Civil de la Presidencia, Dilma fue una pieza esencial del gobierno de Lula, a tal punto que Lula la propuso como sucesora.

–Ya que Brasil es el socio principal de la Argentina, ¿qué previsión tiene el gobierno para los años que vienen? El economista Luiz Gonzaga Belluzzo me dijo que en 2013 su previsión es de un crecimiento de un cinco o un cinco y medio por ciento.

–Todas las estimaciones que tenemos son de crecimiento hacia arriba, y no son una expresión de deseos sino una tendencia. De hecho, ya el último trimestre del año pasado demostró que la pequeña curva hacia abajo empezó a corregirse. Hay una cosa que nadie debe ocultar. El comercio exterior de Brasil es 12 o 13 por ciento del PBI. La dinámica de la economía está dada por el mercado interno. Entonces, un comercio exterior mejorado puede ayudar al avance no solo cuanti sino cualitativo de nuestro sistema industrial. Hoy la competitividad agrícola no deriva del viejo esquema primario-exportador sino del nivel de sofisticación tecnológica de nuestra agricultura por obra de la investigación. Ahora estamos tratando de trasladar la experiencia de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria al sector industrial y crear una especie de símil para la industria. Debería servir para inversiones de otro tipo y supondría elevar los niveles de nacionalización. Apostamos a la inversión en innovación tecnológica. En Porto Alegre se está montando una fábrica de semiconductores, de chips. Cuando eso funcione el impacto positivo sobre la balanza brasileña será impresionante.

–¿Cómo cuadra en ese plan el acuerdo de Dilma y Cristina para crear un mecanismo de desarrollo productivo entre los dos países?

–Es vital. Demanda un esfuerzo muy organizado. Y no sólo en el plano retórico. También podemos avanzar en el sector naval, y hay acuerdos ya en aeronáutica y defensa. Hubo experimentos en el sector de muebles.

–Todas las sociedades de Sudamérica debaten la regulación de los medios audiovisuales. ¿Cómo está la discusión en Brasil?

–Las medidas en relación con los medios son de gran complejidad. Cada vez que se habla de un proyecto de regulación gran parte de los medios dice que es un intento de imponer censura. Lo reiteraron con Lula y con Dilma. Cualquier opinión sobre los medios, sobre todo de alguien del gobierno, es vista como un intento de controlar la opinión pública. En Brasil hay un gran interés por el tema. El proyecto que lanzará el gobierno analizará compatibilidades en la misma área. Quiero que tengamos la posibilidad de que la sociedad pueda opinar sobre ella. Pero de verdad. Es curioso, ¿no? Cuando aparece el tema aparece en algunos un sentimiento anti-Estado y algunos se creen representantes de la sociedad civil. Pero cuando el año pasado impulsamos la conferencia nacional de comunicaciones, que fue masiva, muchos medios importantes no quisieron participar. Lo que buscan, en realidad, es una reserva de mercado. Nosotros queremos un gran debate y, mientras, seguimos con la extensión de la banda ancha.

–¿En Brasil pronostican la aparición de nuevos medios?

–La ventaja de los medios llamados alternativos es que no sólo no están sometidos a la presión del gran capital sino que se están expandiendo mucho. No sabría decir si en algún momento no serán más importantes que los medios convencionales. Es difícil tratar de descubrir cómo serán los mecanismos de comunicación dentro de, pongamos, diez años. A lo mejor en dos o tres años habrán ocurrido cambios más espectaculares.

–De todos modos, los grandes medios no lograron determinar la política en Sudamérica. Al margen de la información, cuando tomaron posición ideológica lo hicieron contra gobiernos que se legitimaron con los votos.

–Es que terminó habiendo una separación entre la opinión pública y la opinión publicada. Por eso, en mi visión el problema de la prensa como cuestión de interés social no es un problema de qué posición adopta.

–¿Cuál es?

–Sobre todo cuando hay de por medio una concesión pública, como ocurre en el espacio audiovisual, hay que discutir qué función debe cumplir. Separemos. Por un lado existen las presiones de todo tipo y los imperativos éticos en el ejercicio del periodismo. Lo ideal es que los periodistas produzcan información verdadera y opiniones, a favor o en contra de determinadas posiciones. Ese es un terreno distinto del que estamos discutiendo. Pero en el caso de las televisiones, que son concesión pública, más allá de la función de información debe haber una función educativa. Si uno mira la televisión, sobre todo la televisión abierta, es difícil considerar que la mayoría de los programas pueda ser considerado como una contribución a la elevación cultural.

–Uno podría decir que la novela de TV Globo contribuye a la elevación cultural.

–Por supuesto. Y no lo discutiría. Pero no sé si pasa lo mismo con algunos reality shows. Y no estaría mal que a la vez hubiera buenos programas de información histórica. Brasil tiene gran diversidad cultural y expresiones culturales muy importantes. Eso no aparece o aparece de forma muy reducida. Planteamos aumentar el contenido regional de las televisiones y estimular producciones independientes. No es nada raro. Ocurre en Europa. Si tuviéramos una televisión como la europea habría un gran avance. Combinan mucha información (con reglas muy precisas sobre imparcialidad) y también documentales. Pienso en la BBC. O en programas del canal Encuentro de la Argentina. Y para qué vamos a hablar de las radios… Los noticieros en las radios están llenos de comentarios absolutamente ideológicos. Cada uno se presenta como politólogo o analista que quiere ventilar su propio discurso. Las principales redes tienen una preferencia brutal por ese tipo de comentarios.

–Entonces lo que preocupa al gobierno no es la posición ideológica de los medios.

–Retomando la pregunta inicial de este tema, los grandes medios no influyeron políticamente en forma decisiva pero no estimularon el debate y la confrontación. No oxigenaron las discusiones. Por eso vivimos una situación paradójica. Hay transformaciones económicas, sociales y políticas muy importantes que no se reflejan en el ámbito de la producción de ideas y artística. Es distinto de lo que ocurrió durante los gobiernos de Getúlio Vargas, de Juscelino Kubitschek, de Joao Goulart, con expresiones culturales que todos conocen, desde la bossa nova al teatro de los ’50 y los ’60, pasando por la propia creación y el diseño de Brasilia.

–En el Fórum Temático de Porto Alegre Dilma dijo que no podía esperarse del gobierno que albergará la cumbre ambiental Río+20 en junio lo mismo que puede esperarse de un movimiento social.

–Hay dos escenarios en Río+20 que sería bueno que pudieran converger. Uno es el de los Estados, sobre todo de los gobiernos de la región. El otro es el de los movimientos sociales. Será normal que existan algunas diferencias e incluso discrepancias entre posiciones de la sociedad civil y posiciones de los gobiernos. Digo esto dejando en claro que el término “sociedad civil” no describe un campo homogéneo sino un terreno heterogéneo con contradicciones importantes. El gobierno será sensible a esas demandas, pero siempre teniendo en cuenta las limitaciones que tiene un gobierno, sean legales o políticas.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: El país :: “Para Brasil la Argentina es un problema bueno”

29/01/2012

27/12/2011

Cláudia Cardoso

Filed under: Cláudia Cardoso,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 10:07 am

 

El milagro de un campeón

Por Martín Granovsky

La carne se asa en las espadas del fondo. El estilo es particular. Los espetos están colocados de abajo hacia arriba, y no de arriba hacia abajo como en cualquier churrascaria de Brasil, y clavados en los agujeros. Pero quién puede discutirle al dueño de casa, si es nada menos que el carnicero del barrio. Nadie salvo un señor de poco más de setenta años que anda con zapatillas sin medias, un pantaloncito azul corto y una remera celeste. Se peina prolijo y cada tanto le asoma en la cara una sonrisa entre socarrona y canyengue. Dice palabras como “mangos” cuando habla con el periodista, pero responde a un nombre y apellido en portugués. Y sus amigos lo llaman con el nombre y el apellido:

–Eh, Joao Cardoso, ¿tu amigo no querrá pasar el asado por la farofa? –pregunta uno, extrañado de que no sea negocio vender harina de mandioca a la Argentina para que todos embadurnen el vacío con ese polvito amarillo.

Y otro, con una mano estrechando la del hombre y con otra la del periodista, dice sentencioso:

–Esta es una cena de amigos y hermanos. Acá somos todos iguales. Todos tenemos, ahora, el mismo nivel.

La música de la radio suena fuerte. Está colgada de una pared, cerca de la mesa larga con las cervezas que se agolpan al medio de esta casa de Doutor Barcelos 993. El barrio se llama Tristeza. Pero no es triste. Está a unos 20 minutos del centro y es sencillo como cualquier zona de clase media del sur del Gran Buenos Aires.

Joao Cardoso hace una presentación personalizada: Celcio (el carnicero), Adriano, Paulo, Beto, Chico y Gilberto.

Cuando todos se animan y la cerveza los entona un poco más, dibuja una sonrisa dulce, los mira y dice como al oído:

–Amigos, amigos… Los amigos te alargan la vida.

Y mecha el comentario con su historia. Sí, fue uno de los goleadores contra Nacional de Montevideo, cuando Racing ganó y consiguió la Copa Libertadores en 1967, hace 34 años. Sí, también integró el equipo que le ganó al Celtic de Glasgow en el Estadio Centenario de Montevideo, el 4 de noviembre de 1967.

–Eran partidos duros –cuenta–. Juan José Pizutti nos dirigía, pero nos ordenábamos solos en el campo. A veces Roberto Perfumo gritaba desde atrás. Pero la mayoría de las veces el que ordenaba era Humberto Maschio. ¡Qué jugador inteligente! “Bajá”, decía Maschio. “Metete y ocupá tu derecha”, gritaba.

Para Joao Cardoso no hay demasiado misterio. “La clave siempre es conservar la pelota el mayor tiempo posible, y después hacer con ella algo productivo. Todos hablan del Barcelona, ¿no? ¿Y qué hacen? Tienen la pelota todo el tiempo. No la largan. No inventemos cosas raras, mi amigo, que no existen.”

Cardoso tenía una diagonal rápida y buena pegada. Llegó a Newell’s y después lo compró Independiente, pero según José Luis Ponsico, un arqueólogo del fútbol argentino, poco podía hacer con Raúl Bernao y su camiseta de siete titular. Cuando lo compró Racing para la Libertadores y la Intercontinental, no dudó. Se instaló en Avellaneda en una casa de la calle Cordero al 4500, con su esposa, Elaine do Canto, y su hijita de tres años. Esa nena, Claudia, es esta mujer que hoy ocupa la Dirección de Comunicación Institucional del estado de Rio Grande do Sul, que gobierna el ex ministro de Justicia de Lula Tarso Genro. Claudia integraba una organización a favor de la diversificación de medios con el mismo espíritu de la argentina Coalición por una Radiodifusión Democrática hasta que Genro la convocó al gobierno con su idea de “radicalizar la democracia”.

“Algo me acuerdo del ’67”, dice, pero como tenía tres años los recuerdos son borrosos. Era un festejo en cancha de Racing. Claudia dice que seguramente los jugadores festejaban en el estadio con los hinchas una vez que regresaron de Montevideo, cuando el zurdazo del Chango Cárdenas al ángulo puso el uno a cero que los escoceses no pudieron remontar. “Yo estaba a babucha de mi padre y en un momento me quedé sin él”, se ríe. “Debe haber ido a festejar con los jugadores. No sé si me acuerdo por el festejo o por el trauma de que mi papá me bajó de sus hombros.” Y vuelve a reírse.

Claudia Cardoso es militante del Partido de los Trabajadores. Su padre pertenece a una generación de jugadores que con el fútbol consiguieron escapar del hambre, pero no accedieron a una sola hectárea de soja y ni siquiera a una casa de deportes o a una inmobiliaria. Vive de su jubilación. Joao no habla casi de política. Alcanza a decir, sin que suene a queja sino más bien a descripción, que su situación no cambió. Y cuenta que Lula se distinguió por una cosa: “Miró al Nordeste. Vive mucha gente ahí. Gente que no tenía ni electricidad y ahora mira su propio televisor. A Dilma la votaron millones en el Nordeste”.

Cuenta que, cuando puede, sigue viendo a Racing y recuerda que muy pronto, el 27 de diciembre, se cumplirán diez años del último campeonato, el de 2001. El 28 de diciembre de 2001, Página/12 publicó el campeonato como título principal de tapa. La volanta decía: “Si Racing consiguió salir campeón después de 35 años y atravesando todos los círculos del infierno, hasta las utopías más audaces, como que la Argentina salga alguna vez de esta crisis, parecen ahora menos disparatadas”. Y el título remataba: “Todo milagro es posible”.

Hoy es 27. Son diez años del milagro. En 1967, Joao Cardoso fue protagonista de otro. Se divierte cuando escribe un autógrafo: “Para Martín, un grande comedor de churrasco, un abraco da turma de Cencio”. Turma es pandilla, grupo de amigos. Hace firmar a todos. Después firma una dedicatoria él solo: “Para o meu grande amigo Martin, como o caloroso abraco do grande Joao Cardoso”.

Cuando se despide en la puerta de la casa de Celcio, en el Barrio Tristeza le aparece otra vez la sonrisa canchera:

–¿Vio que yo hablo poco de fútbol? La gente analiza y analiza y analiza cómo jugó tal equipo o cómo jugó tal otro. Para mí es más fácil. Le ganamos al Celtic. Conseguimos la Intercontinental. ¿Sabe qué soy yo? Soy campeón del mundo. Vuelva por acá cuando quiera.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: Contratapa :: El milagro de un campeón

04/12/2011

La Celac en diez claves

Filed under: CELAC,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 11:24 am

Se reunieron en Caracas treinta presidentes, un vicepresidente y dos cancilleres de la región.

Por Martín Granovsky

En un mundo que transita hacia no se sabe qué, y tampoco cómo ni cuándo, la primera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) es una buena noticia para Sudamérica.

La creación de la Celac, en 2010, fue una iniciativa impulsada por Brasil cuando era presidente Luiz Inácio Lula da Silva que la Argentina apoyó con entusiasmo y el venezolano Hugo Chávez acaba de aprovechar con habilidad en medio del cáncer y a 10 meses de las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

El sistema planetario y la futurología son malos compañeros. Antes que definir cómo será la Celac dentro de 20 o 30 años parece más útil mostrar algunas claves de su debut en Caracas.

Clave uno. La Celac no sustituye a la Unasur, la Unión Sudamericana de Naciones creada en 2004, relanzada en 2007 y consagrada en su eficacia regional con la secretaría ejecutiva de Néstor Kirchner en 2010. En términos políticos la Unasur sigue siendo el núcleo homogéneo y, como tal, fue el motor de la Celac. Al impulsar el nuevo organismo, brasileños y argentinos se cuidaron de no diluir a la Unasur, así como la Unasur no diluyó al preexistente Mercosur.

Clave dos. La Celac incluye a México, y el propio presidente Felipe Calderón abrió las sesiones, pero la Argentina no repite viejos esquemas según los cuales México debe ser un contrapeso para el espesor internacional de Brasil.

Clave tres. La prueba de los dos primeros puntos es que Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff utilizaron el marco de la cumbre de Caracas para anunciar la creación de un llamado por los gobiernos Mecanismo de Integración Productiva entre la Argentina y Brasil. “Cuando Brasil crece, crece la Argentina”, dijo el canciller Héctor Timerman en una síntesis que pareció apuntar a una visión: más allá de las diferencias comerciales, que no superan el 10 por ciento del volumen total del intercambio entre los dos países, la Argentina apuesta a subir la escala de la relación con Brasi. Y aquí no hay espacio para la nostalgia sobre el PBI de cada país hace 100 o hace 50 años. Brasil está a punto de superar al Reino Unido en el ranking de las economías más poderosas del mundo y resulta que es el gran vecino de acá al lado. Pragmática, la Argentina actúa según esa realidad y se beneficia de ella tanto en términos económicos como políticos. Un ejemplo del último aspecto es el respaldo de la Celac al reclamo nacional de abrir negociaciones diplomáticas con el Reino Unido para recuperar las Malvinas.

Clave cuatro. Brasil y la Argentina no abandonaron a Venezuela ni como apuesta regional (centrada en el potencial energético de los venezolanos y en su rol creciente de puente entre Sudamérica y el Caribe) ni como apuesta política (Cristina y Dilma prodigaron gestos de cariño incluso personal a Chávez, que pelea con la biología y contra el tiempo para un eventual armado oficialista de cara a las elecciones).

Clave cinco. La euforia del presidente cubano Raúl Castro, que calificó a la Celac de la iniciativa más importante de los últimos 200 años, muestra otra cara del nuevo organismo. No reemplaza a la Organización de los Estados Americanos, que sí incluye a los Estados Unidos y tiene apartada a Cuba, pero sigue vaciando de contenido concreto a la OEA. Y, de paso, ofrece un paraguas de amplio espectro político para que Cuba pueda emprender una transición lo más ordenada posible desde la revolución hacia la construcción de un capitalismo mixto que no termine un buen día con una invasión de empresas inmobiliarias de Miami.

Clave seis. La Celac es otra forma más de reunirse y discutir en un mundo multipolar que se encuentra en plena reformulación. Los Estados Unidos, que aún son la única hiperpotencia militar, estos días respiran aliviados ante la caída del índice de desempleo al 8,6 por ciento, por debajo del 9 que parecía imposible de perforar. La Europa comunitaria discute ya sólo la medida en que cada país se reservará alguna cuota de soberanía ante la decisión alemana de convertirse en el gendarme fiscal de sus 27 socios, que así dejan de serlo para transformarse en pupilos. Beijing desacelera el crecimiento sin enfriarse mientras avanza en una sorda disputa naval, típica de la Guerra Fría, a ver quién predomina sobre quién en el Pacífico y el Mar de la China. Rusia hace lo propio con su marina en el Báltico. En ambas regiones está en juego no sólo el acceso a mercados, sino el control de riquezas naturales submarinas a explotarse en el futuro, desde petróleo y gas hasta yacimientos de oro.

Clave siete. En la multipolaridad hay instancias de construcción de poder regional nítido, como Unasur o el Nafta, y también instancias más débiles con objetivos menos permanentes, de composición más heterogénea o de conversión en foros de debate. Un ejemplo son los Brics, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. No tienen un objetivo militar común, pero sí disputan juntos cuotas mayores de poder en el Fondo Monetario Internacional e intentan terciar en la crisis europea para evitar una caída brusca de la UE. Otro ejemplo, donde hoy se concentra la tensión de la discusión sobre los modelos internacionales de desarrollo, es el G-20, con presencia de dos latinoamericanos en sintonía (la Argentina y Brasil) y otro alineado con Washington, como México.

Clave ocho. México ya eligió el Nafta (fruto de una decisión política de integración con los Estados Unidos y a la vez consagración de una dependencia comercial y económica respecto del mercado norteamericano), pero un futuro gobierno del Partido Revolucionario Institucional que surja de una victoria eventual el 1ª de julio puede necesitar que a mano haya un foro donde retomar cierta dimensión simbólica de autonomía cultural respecto de su gran vecino. Esa perspectiva sería aún más acuciante si el presidente que suceda a Calderón, del conservador PAN, decidiera cambiar la actual estrategia de enfocar la lucha contra el narcotráfico como una guerra. El enfoque no es sólo intelectual: en México ya murieron más de 40 mil personas en los últimos cuatro años, el narcotráfico no se redujo y el contrabando de armas entre el sur de los Estados Unidos y el norte de México es tan fluido como la trata de inmigrantes.

Clave nueve. La Celac no surge como un organismo dirigido contra los Estados Unidos, y no podría hacerlo por la pluralidad de sus integrantes, pero la mera ausencia de Wa-shington es un indicio de que, siempre que los latinoamericanos eviten el delirio y se abs-

tengan de dar por extinguido el poder de los Estados Unidos, tienen un espacio de autonomía para construir instituciones como Unasur o el Consejo Sudamericano de Defensa.

Clave diez. Chávez no sólo estuvo hábil para utilizar la Celac como una forma de legitimación interna. No podría haber llegado a este punto sin haber desplegado en el Caribe, donde no todos los países son Cuba, Nicaragua o El Salvador, aun con todas las diferencias entre los tres, una diplomacia basada en el activismo que México dejó hace ya 20 años y en la provisión de petróleo más barato.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: El país :: La Celac en diez claves

22/11/2011

Crime e Castigo

Filed under: José Luis Rodríguez Zapatero,Martín Granovsky — Gilmar Crestani @ 7:57 am
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Zapatero ganhou com a esquerda, mas governou com a direita. Continuou atrelado aos interesses de Washington e aos grupos transnacionais espanhóis (SANTANDER, TELEFÔNICA). Vassalo de um rei mal educado, o povo deu o troco.

Después de indignarse, mejor explicar

Por Martín Granovsky

Un sabor amargo invadió en 2002 y 2003 a muchos de quienes habían formado parte de las asambleas populares argentinas en medio de la crisis. Sintieron que el país no había cambiado como esperaban. Que el rechazo a buena parte de los dirigentes políticos no había fructificado en un sistema político distinto. Que no todos se habían ido. Algunos inclusive se asombraron de otra cosa: si la salida de Fernando de la Rúa había sido parte de una situación prerrevolucionaria, no fue la revolución lo que vino después.

El mismo sabor amargo podrían sentir hoy los indignados españoles. Es verdad que Izquierda Unida quintuplicó su representación parlamentaria y que la izquierda nacionalista vasca consiguió nada menos que siete representantes nacionales. Es verdad que el Partido Socialista Obrero Español recibió un castigo histórico el domingo último. Pero el día en que se cumplían 36 años de la muerte de Francisco Franco, el conservadurismo con toques de catolicismo papal del Partido Popular fue la herramienta del castigo. Y una herramienta nítida en los números: tendrá 186 bancas de las Cortes contra 110 del PSOE.

El PP de Mariano Rajoy, previsiblemente, hará aún con mayor convicción, si fuera posible, la política de sujeción al gobierno alemán que comenzó el presidente socialista del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero al impulsar y conseguir que el déficit cero de las cuentas fiscales quedara como principio constitucional. No sólo la ley, como en los últimos tiempos del tándem De la Rúa-Domingo Cavallo en 2001. También la Constitución. Un texto que, en España, está cargado de simbolismo. Fue una reforma constitucional la que consagró la nueva democracia tras la muerte de Franco. A más de 30 años, acaba de ser otra reforma constitucional la que sacralizó el derecho de los bancos alemanes de cobrarse su deuda, aun cuando la desocupación haya superado una media nacional del 20 por ciento y supere el 40 por ciento para los jóvenes.

Si el movimiento de Indignados españoles era, en rigor, una forma disimulada de que creciera la izquierda, ya logró su cometido con el aumento en escaños de Izquierda Unida. La representación de la izquierda vasca es un fenómeno de otra naturaleza: expresa la adaptación de los abertzales a la realidad y la sintonía con la mayoría del pueblo vasco y su rechazo a la violencia de ETA como forma de avanzar hacia mayores niveles de autonomía. En todo caso, si hubo una indignación contra ETA y un sentimiento de indignación con el Partido Nacionalista Vasco, una suerte de democracia cristiana de centroderecha, la izquierda nacionalista logró canalizar ambos enojos.

Si el movimiento de los Indignados quería preservar el Estado de bienestar en pleno desmonte, no consiguió su objetivo. El PP previsiblemente tratará de cumplir esa tarea aun con más decisión que el PSOE.

Si quiso lograr una mayoría contra la supeditación de la economía a la ganancia financiera, que alcanzó un inédito 7 por ciento, tasa alta en Europa, tampoco obtuvo su objetivo. El PP es también afín a los sectores de las finanzas concentradas.

Lo que ocurrió en España es de manual. El gobierno que venía practicando la flexibilización laboral y el ajuste fiscal fue castigado aunque fuera de origen socialdemócrata y el beneficiado fue el partido que no gobierna desde 2004, cuando José María Aznar fue castigado al mentir que la masacre de Atocha había sido cometida por la ETA y no por el fundamentalismo islámico.

El cambio en el sistema político vasco parece decir que los movimientos sociales sólo tienen efecto electoral cuando antes se encarnaron en la política y buscaron no sólo el cuestionamiento sino una transformación desde los poderes del Estado. Ocurrió lo mismo en la Argentina de hace 10 años. Las asambleas fueron un instrumento clave para evitar que en una situación de crisis y descomposición social el país no cayera en la tentación de soluciones autoritarias. Los que imaginaban una revolución dirán que es poco. Los que temían un retroceso a valores no democráticos pensarán, en cambio, que fue mucho. En las cacerolas no estaba sólo el reclamo contra el corralito. También el pedido de renovar la Corte Suprema con la mayoría automática lograda por Carlos Menem en una sola noche.

¿Volverán los indignados españoles a su fuerza de hace seis meses o languidecerán como en las desvaídas jornadas de reflexión del sábado último, antes de las elecciones?

Y, sobre todo, ¿lograrán hacerse escuchar? Dicho de otro lado: ¿qué está dispuesto a oír la mayoría de los españoles y cómo desafiar no sólo al PP o al PSOE sino también cierto sentido común?

El triunfo del PP no significa sólo la derrota del PSOE por ser el partido de gobierno en medio de la peor crisis de la democracia española. También el ascenso de un partido menos comprometido con el laicismo, más sensible a las campañas de restricción de conquistas civiles como la campaña que pide la penalización del aborto y más cercano al sector financiero.

El ejemplo griego está a mano. Cayó la socialdemocracia y el nuevo gobierno de unidad nacional incluye no sólo a dirigentes del derechista Nueva Democracia y el socialista Pasok. Forman parte del flamante gabinete cuatro miembros de Laos, sigla del partido antisemita y de extrema derecha que busca instalar a los inmigrantes como chivo expiatorio.

El desafío de los indignados españoles, como el de cualquier forma de protesta contestataria, es el de reubicarse si quieren ser útiles y productivos. Quizás pueda decirse que los movimientos sociales perduran o consiguen sus objetivos –porque a veces lo segundo implica una instancia superadora que termina con lo primero– si son más didácticos que catárticos. Y si son más temáticos que simples portadores de una frustración general. Otro ejemplo argentino fue el Frente Nacional contra la Pobreza que recogió millones de firmas en 2001. Una de sus propuestas era la cobertura social universal. El tema pasó a formar parte de un nuevo denominador común, lo mismo que hoy sucede con la revisión penal de las violaciones a los derechos humanos. Los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner interpretaron aquellas demandas y las convirtieron en políticas. Es un círculo virtuoso: sin decisión desde el Estado no hay políticas y sin instalación social es difícil la decisión desde el Estado.

Quizá sea el momento de diferenciar entre movimientos-mosquito, encargados de aguijonear a los ciudadanos, y movimientos destinados no sólo a señalar defectos sino a marcar rumbos y formas de alcanzar una meta.

No hay unos mejores que otros. Cada uno cumple su rol. Pero parece claro que, si el desafío es superar la fugacidad, no alcanza con descargar la bronca. La bronca puede ser hasta una herramienta más de construcción política, pero nunca reemplaza a la construcción misma.

martin.granovsky@gmail.com

Página/12 :: El mundo :: Después de indignarse, mejor explicar

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