Reunião de matérias divulgadas nesta quarta, 27/04/2011, pelo jornal espanhol El País sobre o teatro de horrores chamado Guantánamo.
Los menores encerrados no eran un peligro para EE UU
Solo uno de los 14 presos adolescentes aportó información relevante para la seguridad de Estados Unidos.- Los interrogadores del Pentágono clasificaron a casi todos los reclusos más jóvenes de Guantánamo como de nulo o bajo interés
LUIS DONCEL – Madrid – 26/04/2011
"No nos consta ninguna razón por la que el detenido haya sido enviado a las instalaciones de Guantánamo". "Lo hemos evaluado como un niño soldado al que los talibanes obligaron a alistarse en sus tropas". "No es miembro de Al Qaeda ni un líder talibán. No supone una amenaza para los intereses de EE UU y de sus aliados". Estas son frases escritas por el alto mando militar de Guantánamo. Se refieren a algunos de los 14 menores de edad o a los mayores de 65 años que han pasado por la base militar estadounidense en la isla de Cuba durante los últimos nueve años.
Memorando sobre Abdul Samad
DOCUMENTO (PDF – 4,82Mb) – 26-04-2011
Memorando sobre Asad Ullah
DOCUMENTO (PDF – 3,38Mb) – 26-04-2011
Memorando sobre el preso Naqibullah
DOCUMENTO (PDF – 170,38Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Abdul Qudus
DOCUMENTO (PDF – 106,94Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Mohammed Ismail
DOCUMENTO (PDF – 428,06Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Omar Ahmed Khader
DOCUMENTO (PDF – 151,66Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Ashraf Salim Abd al-Salam Sultan
DOCUMENTO (PDF – 304,58Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Hafez K. Rahman
DOCUMENTO (PDF – 127,21Kb) – 26-04-2011
Memorando sobre Mohammed Omar
DOCUMENTO (PDF – 500,37Kb) – 26-04-2011
Este tipo de fallos clamorosos no afecta solo a los reclusos más jóvenes y a los mayores, pero sí son muchos más abundantes que entre el resto de los presos. Se trata además de errores cometidos con uno de los colectivos más sensibles dentro del penal. La estancia de menores -en una cárcel que EE UU abrió y mantiene casi una década después al margen de la legalidad- ha provocado las protestas recurrentes de asociaciones de derechos humanos y abogados penalistas durante estos años.
Los papeles de Guantánamo, a los que EL PAÍS ha tenido acceso a través de Wikileaks, permiten valorar por primera vez el nivel de riesgo y el valor informativo que los propios mandos militares confieren a estos reclusos. Y es difícil encontrar un resultado más demoledor. Porque de la lectura de las fichas personales de los detenidos se deduce que EE UU no creyó seriamente en la culpabilidad o amenaza de casi el 60%. Pero este porcentaje entre los menores es todavía mayor: los interrogadores solo atribuían un riesgo "alto" -es decir, consideraban "probable" que supusieran una amenaza real- a cuatro de los 14 menores.
Más demoledoras para el Gobierno estadounidense son aún los datos sobre los niños reclusos capaces de aportar información valiosa para ganar la "guerra contra el terror" que inició el presidente George W. Bush tras los ataques terroristas del 11-S. Porque los impulsores de Guantánamo siempre han justificado la necesidad de crear el presidio por el valor de la información que pensaban obtener. Y entre los menores de 18 años solo hay uno al que las propias autoridades de la base atribuyen un alto valor para sus servicios de inteligencia. Se trata del canadiense Omar Ahmed Jader, hijo de un lugarteniente de Osama Bin Laden, el único de los más jóvenes de Guantánamo que hoy sigue en la base militar. Hay cinco casos en los que el redactor del documento reconoce que la inteligencia de EE UU no puede extraer ninguna información de la persona en cuestión. Los otros se dividen entre siete con valor "bajo", y dos con "medio".
Es difícil cuantificar el número exacto de niños y adolescentes que han pasado por Guantánamo. Porque además de estos 14 reclusos que tenían menos de 18 años al entrar en el penal (cuatro de ellos, con 15 o menos), otra decena estaba a punto de cumplir la mayoría de edad o lo acababa de hacer. Es el caso del saudí Amir Jan, que celebró su decimoctavo cumpleaños dos semanas después de llegar a Guantánamo, y al que se acusa de haber formado parte del movimiento Hebzi Islami, del señor de la guerra afgano Gulbudin Hekmatiar. Según su ficha, a finales de 2002 se ofreció a participar en un trabajo que implicaba "matar a americanos".
La peor parte, para los afganos
En el reparto de las injusticias, son los afganos los que se llevan la peor parte. Solo uno de los siete tenía riesgo alto. Entre las historias personales con las que empieza cada documento, están las del niño de 14 años que se ofreció a trabajar como albañil y acabó enrolado a la fuerza por un grupo de talibanes, de donde pasó a manos de los estadounidenses; o el afgano que trabajaba para un señor de la guerra haciendo trabajos manuales y que cuando llegaron los americanos no creyó necesario abandonar el campamento donde vivía. Fue arrestado y llevado a Guantánamo. Los militares suelen zanjar estos casos con una recomendación de dejar libre al preso o trasladarlo a otro país. Todos los menores ingresaron en la prisión entre 2002 y 2003, y la mayoría salió en torno a 2006, aunque algunos traslados se retrasaron hasta 2009. Como media, permanecieron tres años y medio en el penal.
Pese al lenguaje funcionarial que emplean los redactores de los informes, a veces dejan entrever algo de compasión. Como en la ficha de Naqib Ullá, un afgano que entró en Guantánamo a los 14 o 15 años. "Es un niño soldado que fue reclutado a la fuerza por los talibanes. Pese a que puede tener aún algún valor para nuestros servicios de inteligencia, la información de la que dispone no es tan importante como la necesidad de sacar al joven de su ambiente actual y darle la oportunidad para que crezca fuera del extremismo radical", dice el general Geoffrey Miller en un documento.
Junto a las injusticias flagrantes, aparecen también otras historias en las que se retrata a los reclusos como verdaderos yihadistas pese a su corta edad. Yusef Modaray pasó de vender fruta en la calle a luchar durante varios meses en el frente afgano al lado de los talibanes. Desde la cárcel, Modaray mandó una carta a su familia en la que expresaba su deseo de convertirse en un mártir. También defendía en webs islamistas "matar a todos los ulemas suníes que se alíen con los americanos y a todos los satánicos ayatolás entre los chiíes", según una fuente indeterminada que cita el informe secreto.
REPORTAJE: LOS PAPELES DE GUANTÁNAMO – Los acogidos por España Guantánamo al descubierto
El mayor delator de la base militar
Un yemení acusó a más de 100 compañeros y fue liberado gracias a su colaboración
M. CEBERIO – Madrid – 27/04/2011
Guantánamo consiguió, con métodos que no se especifican en las fichas secretas desveladas por Wikileaks, presionar tanto a los prisioneros que decenas de ellos acababan delatando a sus compañeros. En algunos casos, reclusos que habían tenido un papel relevante en alguno de los campos de entrenamiento de Al Qaeda y que habían visto pasar a muchas personas por allí se convirtieron en objetivo prioritario del Gobierno estadounidense. Uno de ellos es un yemení que dio información sobre más de 100 compañeros de cárcel, una séptima parte de los reclusos que han pasado por el penal. Llegó a España el 4 de mayo de 2010 tras ocho años y tres meses en la base gracias a su "excepcional colaboración" y a que compartió sus "vastos conocimientos" con los militares de Guantánamo.
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El recluso facilitó muchos detalles de los que estuvieron en Tora Bora
El yemení es una prueba más de que el objetivo del penal no era castigar a los prisioneros por sus acciones pasadas sino obtener información de ellos. Si colaboraban en los interrogatorios, aunque tuvieran una mayor implicación que otros en actividades yihadistas, podían acceder a la libertad. Su ficha militar está fechada el 22 de agosto de 2008. En ese momento el recluso había proporcionado ya tanta información que los mandos de Guantánamo consideraron que podían dejarlo marchar.
Pero ya no podía volver a su país. "Si regresa a la sociedad yemení, el detenido no buscará reengancharse en actividades de apoyo al terrorismo salvo en condiciones extremas, pero él y su familia podrían correr el riesgo de sufrir represalias por parte de expresos de Guantánamo o de sus asociados debido a la colaboración prestada", recoge su expediente. En Guantánamo tuvo que ser apartado del resto de sus compañeros, recibió amenazas de muerte y en una ocasión lo rociaron con orina. Ante los tribunales de revisión de la condición de combatiente enemigo explicó su miedo con estas palabras: "Saad, que ya ha sido liberado, me dijo que si me iba a vivir a lo alto de la luna me encontrarían; que si lo hacía debajo de ella, también".
Cuando accedió a cooperar con sus captores, el diagnóstico de los estadounidenses sobre él cambió. Antes lo consideraban de riesgo alto y con un nivel medio de interés en cuanto a la información que manejaba. Cuando empezó a hablar en los interrogatorios, ambos valores se intercambiaron. Pasó a ser medianamente peligroso y muy interesante para los analistas.
El yemení, nacido en 1974, podía hablar con cierto fundamento de Al Qaeda y la yihad. Había entrenado en el campo de Al Faruq, en Afganistán, luchado en el frente tras la invasión de EE UU y huido a las montañas de Tora Bora con Osama Bin Laden, donde los norteamericanos buscaron de forma infructuosa al líder de Al Qaeda durante meses. Como miembro de la conocida Brigada 55 de Bin Laden disponía de información de extremo interés para EE UU.
"El detenido ha proporcionado información extensa sobre las personalidades y eventos en Tora Bora, incluyendo observaciones de primera mano sobre Osama Bin Laden", indica su expediente. Habló del hogar subterráneo del líder de Al Qaeda, rodeado de búnkeres defensivos, y de su centro de operaciones. El yemení, que había llegado a la yihad de casualidad después de un pasado como pequeño traficante de drogas en Yemen y Arabia Saudí, vio muchas cosas durante esos meses, pero los mandos militares sabían que los propios premios a los que podía acceder colaborando podían llevarle a exagerar o a inventar y dudan en algunas ocasiones de lo que dice si no hay ninguna otra forma de corroborarlo.
No se sabe cuánta de la información que dio era cierta. Los tribunales norteamericanos han desechado muchas de sus declaraciones incriminatorias hacia otros detenidos por no ser lo suficientemente fiables.
Su integración en España está siendo complicada. Llegó en un estado mental mejor que su predecesor, el palestino Walid, pero no tardó en quebrarse. No conocía España ni el idioma, y sufrió varios episodios de depresión grave que provocaron su internamiento en un hospital durante unas semanas para garantizar su seguridad y curación. Tras el tratamiento médico mejoró, y ahora vive, al igual que el palestino, cobijado por una ONG y apoyado por el Gobierno español mientras se recupera poco a poco en un país hasta ahora desconocido.
Guantánamo al descubierto
Clive Stafford: "La verdad de Guantánamo es cien veces peor"
El director de la organización británica que se ha hecho cargo de la defensa legal de decenas de detenidos en la base asegura que aún queda mucho por descubrir de Guantánamo
ANA CARBAJOSA – Madrid – 26/04/2011
Hablar con Clive Stafford Smith es perderse en el mar de números y referencias con los que los militares estadounidenses han identificado a los 756 detenidos que desde enero de 2002 han pasado por el penal de Guantánamo. El director de Reprieve, la organización británica que se ha hecho cargo de la defensa legal de decenas de detenidos, conoce sus casos al dedillo. Ahora se alegra de que los llamados papeles de Guantánamo hayan salido a la luz. A su juicio muestran cómo militares sin experiencia fabricaron evidencias donde no las había para justificar la detención y el traslado de cientos de prisioneros en el marco de la llamada "guerra contra el terror" que la Casa Blanca declaró tras el 11-S. Pero también, advierte de que lo que figura en las fichas secretas es solo la punta del iceberg, que lo que allí ocurre "es cien veces peor"; 15 clientes están aún entre rejas.
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Pregunta. ¿Qué lecciones podemos extraer de los papeles de Guantánamo?
Respuesta. Los documentos son solo el 1% de los existentes, pero de alguna manera son una especie de destilación de los peores procedimientos. En ellos se ven los abusos a los prisioneros, la falta de fiabilidad de los testimonios y lo naif que son los militares estadounidenses. Las supuestas evidencias de las que hablan son falsas. Si comparamos el contenido de los papeles con el dictamen de los jueces federales estadounidenses, queda claro que utilizan fuentes nada fiables y completamente inútiles. Basta con ver el caso de Mohamed el Gharani. La persona que le delató dijo que formaba parte de la llamada célula de Londres. ¡Pero el chico tenía 11 años cuando se supone que preparaba atentados y nunca había estado en el Reino Unido!
P. ¿Por qué cree que los papeles son una destilación de lo peor?
R. Porque los documentos son una basura en cuanto a su fiabilidad. De los 756 encarcelados inicialmente, un total de 584 han sido liberados porque no se les considera una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. En los papeles sin embargo se dice que son sujetos peligrosos. Como abogado, yo he tenido acceso a 5.000 folios de documentos de mis clientes y le puedo asegurar que el 1% que ahora vemos son un ejemplo de fabricación de evidencias.
P. Las fichas secretas describen a decenas de detenidos con enfermedades psiquiátricas. ¿Son en su opinión un reflejo del estado de los prisioneros dentro del penal?
R. La mayoría de los enfermos mentales no aparecen en las fichas. Hay muchísimos más. Conocemos muchos casos de enfermos graves que en los papeles se les considera sanos. De los 172 que quedan, más de la mitad sufren algún tipo de enfermedad. Los que estaban enfermos cuando llegaron han empeorado y los que estaban sanos al llegar han enfermado. La verdad de Guantánamo es 100 veces peor de lo que aparece en las fichas de Wikileaks. Es peor en cuanto a abusos y a evidencias. Aun así, creo que es positivo que hayan salido a la luz.
P. ¿Cree que la filtración contribuirá a acelerar el cierre de Guantánamo?
R. Creo que va a ser un proceso largo. Los republicanos utilizan el tema de Guantánamo para dividir y para dañar la imagen de Obama.
P. ¿Piensa que las revelaciones abren la puerta a nuevas acciones legales para pedir compensaciones?
R. Hay documentos que hablan de la implicación británica. Eso abre la puerta a nuevas demandas en Reino Unido.
P. ¿Y en Estados Unidos?
R. Allí es muy difícil. La justicia es muy sesgada. No creo que podamos ganar muchos casos en Estados Unidos.
Clive Stafford: "La verdad de Guantánamo es cien veces peor" · ELPAÍS.com
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